El lastre del 5%


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No sé desde cuando cargamos con el lastre ese de un sistema educativo ineficiente y despilfarrador para pequeños y grandes en el país. Lo cierto del caso es que caímos en la trampa de dejar algo tan importante como la educación en manos de quienes nos han exprimido por años para vivir de nuestro trabajo. Los políticos difundieron, en algún momento, la idea de que la educación es la base del desarrollo, lo cual es discutible, y nosotros no solo nos tragamos el cuento sino además les encargamos a ellos –los de moral dudosa– esa tarea tan importante de educar.

John Carroll


Lo de la educación obligatoria y pública a menores de edad no me convence para nada, pero menos me convence el hecho de que tengamos todos que financiar las aventuras curriculares de adultos por medio del obligatorio aporte constitucional del 5%.  Y sí,  claro que comprendo que es ley y que la ley hay que cumplirla, por eso precisamente es que lo que discuto es la existencia de la ley misma.  Está clarísimo que las autoridades sancarlistas están sentadas en un botín económico y político que debe de enmelar hasta el más dedicado de los profesionales docentes.  Todo viene por el nefasto Artículo 84 de nuestro texto constitucional que textualmente dice: “Corresponde a la Universidad de San Carlos de Guatemala una asignación privativa no menor del cinco por ciento del Presupuesto General de Ingresos Ordinarios del Estado, debiéndose procurar un incremento presupuestal adecuado al aumento de su población estudiantil o al mejoramiento del nivel académico.” Y claro, con el galopante crecimiento de nuestro presupuesto los señores que hacen y viven de la política en la USAC tienen garantizado un canasto con pisto para toda su vida además de la no poca cosa de participar en varias instancias gubernamentales que nada tienen que ver con la universidad pero que catapulta a sus autoridades a convertirse en mercaderes de influencias.

Están en cuanta comisión electoral existe, y todos sabemos la importancia que eso tiene para grupos de poder, desde empresarios y contrabandistas hasta narcos y políticos con colas machucadas.  Lástima que fuéramos tan incautos como para habernos dejado meter ese gol porque esto será la de nunca acabar. El Presupuesto de la Nación jamás se disminuirá, tampoco el poder de estos individuos y menos el manejo político que le dan a los señores universitarios cuando los acarrean de arriba a abajo haciéndoles creer que pelean por sus derechos cuando lo único que en realidad hacen es ayudar a subirse al zapotal a los políticos que están a la cabeza de esta ineficiente casa de estudios.

Muchos análisis serios se han hecho en cuanto al costo de sacar a un graduado de la USAC y todos concuerdan que aquello lejos de ser un centro educativo y cuna científica,  es un criadero de fracasados caros. Para no caer en aquello de generalizar hay que decir que de la USAC ha egresado gente ejemplar pero la pregunta importante en esta discusión es ¿a qué costo?  Al referirse a algo caro suele decirse coloquialmente que “eso me sale más caro que un hijo tonto en Harvard” pero la verdad es que no debiéramos de ir tan lejos para construir el dicharacho.

Yo quisiera ver alguna propuesta de enmienda constitucional encaminada a borrar el Artículo 84 pero como sé que eso no va a suceder, me conformaría con que lo cambien y pongan una medida presupuestaria que sea un poco más consecuente con la realidad y que no nos condene para siempre a gastarnos el 5% de todo el presupuesto en esa institución que solo vive de un supuesto pasado glorioso.  La educación ha cambiado en los últimos años como nunca antes y aplicaciones tecnológicas pondrán de cabeza al mundo en este sentido y mientras tanto nosotros cargando el lastre del 5%.