El sexo es el componente básico. Tours eróticos, excursiones candentes, encuentros ocasionales. En el extranjero se proyecta a Guatemala como el «País de la eterna primavera» para realizar el turismo de aventura y cultural, pero también como un país de amplia prostitución, trago barato y libertad sexual, lo que refleja el lado sexual de la industria turística.
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Una guía completa sobre turismo sexual en Guatemala ofrece el portal www.dexterhorn.com. En el sitio se explica desde la situación de seguridad en el país hasta el costo por una prostituta, y detalla al lector sobre cómo tener una verdadera experiencia sexual en el país centroamericano.
«Las guatemaltecas vienen en todas las formas y tamaños. Estas chicas son lo mejor. Vienen de Guatemala, Panamá, El Salvador, Nicaragua y son hermosas. Dos niñas le costarán entre $150 y $180», indica el portal.
Sin embargo, el sitio también advierte que «en el callejón de los burdeles» podría encontrarse con la clásica «escena mexicana de prostíbulo, donde las chicas están trabajando para pagar las deudas de la familia, enganchadas a las drogas o al alcohol, y sólo tratando de vender la cerveza caliente a alto precio».
Tan sólo un click es necesario para encontrar más sitios similares en internet, y en una amplia variedad de idiomas, como el francés, ruso y portugués, que ofrecen detalles sobre cómo «divertirse» en «el País de la eterna primavera».
Pero no todo salta a la vista. También hay sitios que ofrecen «citas» momentáneas en Guatemala, en los que se pueden cultivar amistades y luego, tal vez, ir un poco más allá.
Los servicios de escorts (acompañantes) son también una opción popular, aunque aún más discreta, pues ofrecen atención especializada para los turistas en sus hoteles u hospedajes.
Aunque no se declara, la industria del turismo sexual crece cada día más en el país y se promociona en más sitios de internet y blogs.
Se intentó consultar al Instituto Guatemalteco de Turismo sobre el tema, pero no hubo respuesta,
LA ANTIGUA GUATEMALA
La Antigua Guatemala es considerada como una de las ciudades más visitadas por turistas extranjeros, que no sólo buscan conocer el pasado colonial, sino también los servicios sexuales que, incluso, involucran a la niñez y juventud guatemaltecas.
Aunque se conoce del problema, resulta difícil identificar a los cientos de personas que podrían estar involucradas en estos hechos ilícitos, que reciben jugosas ganancias de forma oculta.
El turismo sexual opera por medio de personas individuales, por grupos y por redes locales que prostituyen y ofrecen los servicios sexuales de su víctima, según María Eugenia Villarreal, directora de la Asociación para la Eliminación de la Prostitución, Pornografía, Tráfico Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes (ECTAP, por sus siglas en inglés).
En el caso de La Antigua Guatemala, de acuerdo con informaciones extraoficiales, quienes ofrecen servicios sexuales principalmente son infantes y jóvenes que pertenecen a la economía informal, que están en los prostíbulos o se contactan por medio de internet a través de intermediarios.
Prostíbulos que se esconden en fachadas de «negocios» de giros distintos a bares o de prostitución, pero que son conocidos por los lugareños y quienes los recomiendan a los extranjeros y locales que los buscan.
AFTER-PARTY
Según Villarreal, se sospecha que en las fiestas privadas que se realizan después del toque de queda, conocidas como after-party, podrían suscitarse este tipo de hechos, pues están fuera del alcance de las autoridades.
En muchos casos, las damas de compañía que participan en estas fiestas son transportadas desde lugares cercanos a La Antigua Guatemala, principalmente de la ciudad capital.
El alcalde de La Antigua, Adolfo Vivar, señala que se ha enterado por Internet sobre el turismo sexual en esa ciudad, sin embargo, no admite que se puedan dar estos acontecimientos porque no cuenta con las pruebas que los comprueben.
«Nosotros en La Antigua desconocemos de algún tipo de centro de turismo sexual, donde hayan señoritas que presten ese servicio, prueba de eso es que no hay ni un solo prostíbulo, o sea, bares con prostitutas», señaló el jefe edil
«Como Alcalde no conozco dónde podría haber turismo sexual, sin embargo, tengo conocimiento que en Internet se habla de que en La Antigua hay turismo sexual, específicamente de menores de edad, ahora, quiénes promuevan eso, desconozco», afirma.
Por otro lado, admite que sospecha de las after-party, e indica que han buscado los mecanismos para erradicar estas fiestas, aunado a que la semana pasada emitieron un voto de falta de confianza y cambiaron a toda la cúpula de la policía local, porque incumplía con sus deberes, incluyendo la verificación de las fiestas nocturnas.
«La Multisectorial de La Antigua ha buscado que sean erradicadas (las after party) y precisamente las autoridades no han hecho nada; me refiero a Gobernación y a la Policía Nacional Civil, se pidió la destitución del comisario de La Antigua, subcomisario y oficiales, por incapacidad porque no reúnen cualidades y calidades, se les dio el voto de desconfianza, lo que se pide es la destitución», indicó.
Vivar concluye en que quizá el problema no se identifica porque los victimarios traen a las víctimas de otros lugares y por ello, no se conoce con precisión los pormenores, sin embargo, si se lograra identificar recaería todo el peso de la Ley en los responsables.
«Me extraña que hablen de turismo sexual y trata de menores, porque no se miran, no sé de dónde las sacarán o las traen, a mí no me consta, yo no estoy tapando ni quiero tapar el sol con un dedo, simplemente no le puedo decir que existan, desmiento eso, físicamente no me consta, pero por supuesto, que si existiera actuaría en base al marco legal para castigar a esas personas», dice.
SUCCAR KURI
Las declaraciones del alcalde de La Antigua no están fuera de la realidad, pues un estudio revela que el turismo sexual podría involucrar a menores de edad de localidades distintas a los lugares donde se desarrollan los negocios.
La publicación del libro de «Los demonios del Edén, el poder que protege a la pornografía infantil», de la periodista mexicana Lydia Cacho, desnudó en 2005 una amplia red de turismo sexual, donde empresarios y funcionarios mexicanos enviaban niños y niñas a diferentes países para ofrecer servicios sexuales a turistas
Empresas hoteleras y muchas otras instituciones conocían del problema, pero nadie revelaba lo que estaba detrás de todo esto.
Según el libro, el promotor y dueño de este negocio era Jean Succar Kuri, un empresario de origen libanés- mexicano, que ofrecía los servicios de las niñas, niños y jovencitos a extranjeros de diferentes países; él, con la ayuda de sus cómplices compraba los boletos de sus víctimas y las entregaba al mejor postor, entre los inocentes destacan niños y niñas guatemaltecas, de quien las autoridades e instituciones locales dicen no contar con denuncias relacionadas al caso o al tema.
Al ser consultado Alex Colop, Fiscal contra la Trata de Personas del Ministerio Público, dice que «una denuncia relacionada a turismo sexual no tenemos».
Sin embargo, sostiene que se sospechó de ese ilícito «en el caso que tuvimos del ciudadano norteamericano (Joshua Thomas Kotouc), que pudo ser pornografía o turismo sexual, pero se descartó porque aunque tenía movilización cada quince días, pero ingresaba siempre solo, y los niños nunca denunciaron de que existiera otra persona que abusara de ellos».
Por su parte, Maru Acevedo, de la Cámara de Turismo, opina que no cuentan con denuncias formales de estos casos, pero si tuvieran, «obviamente» se actuaría por medio de un Tribunal de Honor, pues destaca que las empresas asociadas con la Cámara afirman un código de ética para evitar el turismo sexual.
«No tenemos conocimiento de esto, acabamos de tener una reunión recientemente donde se objeta el término de turismo sexual, porque es delictivo, pero no necesariamente está relacionado con el turismo, por otro lado, en la Cámara de Turismo tenemos un código de ética que están relacionadas con ese sector y asociadas con la Cámara donde se comprometen a adquirir prácticas éticas de la vía turística, nosotros hemos reforzado los códigos de ética y las empresas asociadas a la ética lo asumen, no tenemos ninguna queja o denuncia», indica.
Alex Colop, fiscal Contra la Trata de Personas del Ministerio Público, califica el turismo sexual y trata de personas como un delito serio con implicaciones procesales en el país.
En referencia a la legislación contra la trata de personas, dice que esa herramienta ayuda a contrarrestar el problema, pero advierte que una investigación debe basarse en una denuncia formal para abrir un expediente e iniciar con las pesquisas pertinentes.
La directora de ECTAP, también indica que la institución recibe toda la información relacionada a estos casos, que deben ser conocidos para poder actuar y llevar a los responsables ante los Tribunales, sin embargo, destaca que la institución trabaja para conocer la forma de operar de los sindicados
Sandra Gularte, de la Unidad de Trata de Personas de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) indica que información relacionada a estos casos podría ser recibida, pues si se contara con la información, las acciones para proteger a las víctimas se emprenderían pronto.
«Cuando se trata de turismo sexual se tiene el componente que es traslado de locales, nacionales o extranjeros a un lugar turístico para aprovecharse de las instalaciones e infraestructura de los lugares turísticos para contactar y mantener relaciones sexuales con los chiquitos y las chiquitas, esta es una situación premeditada, planificada previamente, ellos llegan con ese objetivo ya craneado», afirma la representante de ECTAP.
«Los lugares los tenemos detectados, La Antigua, Sololá, Puerto de San José, Izabal, Livingston y Amatitlán, principalmente, esos centros como lugares turísticos. Yo creo que lo destacable es la forma en que se opera, con premeditación de haber contactado antes, visitar páginas web o haber hecho un trabajo de investigación previo e ir al lugar de referencia», dice.
De acuerdo con Villarreal, aunque el problema ha trascendido por la clandestinidad con que se opera, se siguen los pasos a los turistas que cometen esas ilegalidades, que ahora ya no sólo utilizan hoteles, sino apartamentos o casas rentadas.