El lado oscuro del siglo XX


Dando una mirada retrospectiva a ese fabuloso Siglo XX se comprueba que la historia de la humanidad es la historia de sus guerras y sus lí­deres han sido corresponsables de acciones vergonzosas, unos del lado de los buenos y otros del lado de los malos.

Doctor Mario Castejón
castejon1936@hotmail.com

Saddam Hussein desencadenó una guerra de ocho años contra Irán en la cual usó armas quí­micas y biológicas y casi termina con el pueblo Kurdo. Uno de sus amenazados vecinos, el Estado de Israel tomó en cuenta la amenaza y actuó sin dilación. El doctor Gerald Bull, fí­sico canadiense trabajaba en un super cañón de 150 metros de largo que lanzarí­a un misil balí­stico con alcance de dos kilómetros, cuyas cabezas fueron diseñadas para transportar armas quí­micas y biológicas. Su cliente era Sadam Hussein y lo pensaba utilizar en contra de Israel. El 22 de marzo de 1990 el doctor Bull fue asesinado de cinco disparos por un equipo del Mossad, contando con la aprobación del Primer Ministro de Israel Yitzhak Shamir.

El 18 de mayo de 1965 Eli Cohen, un hombre del Mossad que habí­a pasado información estratégica relativa a los misiles de Siria y su emplazamiento fue ejecutado públicamente en la Plaza El Marga, en el centro de Damasco, la capital de Siria y su ejecución fue vista por millones de televidentes.

Durante la I Guerra Mundial en Ypres, Bélgica, el 22 de abril de 1915, una nube amarilla verdosa se extendió entre los soldados aliados durante un avance de la infanterí­a alemana provista con máscaras antigas. La nube que abarco varios kilómetros a la redonda era el gas mostaza, un invento que al ser aspirado causaba la muerte por asfixia. Ese dí­a se inició un nuevo tipo de guerra, en menos de un año la nueva arma fue usada por los ingleses en la Batalla del Somme, los dos ejércitos tuvieron la autorización de sus lí­deres.

La ciudad de Guernica en el Paí­s Vasco, fue bombardeada por la Legión Condor un dí­a de abril de 1937. Un grupo de aviones Stuka y Heinkel estrenados por la Luftwaffe realizó el bombardeo que causó 1700 muertes. Mas tarde Herman Gohring dijo en el juicio de Nuremberg, que lo hicieron para probar cómo el bombardeo afectaba la moral de la población. De este crimen el responsable directo fue Adolf Hitler, pero no pudo estar ignorante el Generalí­simo Francisco Franco lí­der de uno de los bandos de la Guerra Civil Española que era aliado de Alemania

El 10 de marzo de 1945 una escuadrilla de Súper fortalezas B29 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, desde la isla de Guam, en una acción ordenada por el general Curtis Le May, lanzó el primer bombardeo masivo de baja altura sobre Tokio, utilizando bombas incendiarias. La ciudad fue literalmente incinerada, barrios enteros desaparecieron y murieron 100 mil civiles. Durante la construcción del ferrocarril que une Rangún en Birmania con Bangkok murieron 50 mil soldados aliados y 250 mil prisioneros esclavos. Según el general Tomoyuki Yamashita, responsable del genocidio, el Bushido, código de honor Samurai establece que un soldado que se rinde no merece misericordia. Yamashita fue ahorcado por crí­menes de guerra en 1945 al terminar la guerra.

Durante la toma de Okinawa a principios de ese 1945, 110 mil soldados japoneses y 70 mil civiles murieron, luego de recibir órdenes del emperador Hirohito de resistir hasta morir. Unos meses más tarde el 6 de agosto de 1945, Hiroshima desapareció del mapa cuando fue lanzada la primera bomba atómica sobre Japón, el presidente Harry Truman dio la orden.

La solución final de Hitler masacró a 6 millones de judí­os en las cámaras de gas. Durante su juicio Adolf Eichmann declaró que esos 6 millones eran sólo una estadí­stica. En 1940 Stalin ordenó que todos los soldados profesionales de Polonia fueran ejecutados sumariamente en el bosque de Katryn. El General J Stroop Comandante del ghetto de Varsovia telefoneó a Hitler, después de arrasar el ghetto en el verano de 1943, diciendo: «El orden reina en Varsovia».

La mención de todos estos hechos sirve para recordar que los lí­deres en la historia de la humanidad no pueden estar ajenos a la catástrofe que traen las guerras. En mayor o menor grado llevan dentro de sus conciencias responsabilidad en los actos ejecutados aun cuando sea para defender a sus pueblos de un enemigo o para preservar sus valores. Podrí­a ser válido como comentario final un pasaje del Evangelio cuando aquellos hombres querí­an lapidar a una mujer encontrada en adulterio y Cristo dijo: «Lance la primera piedra quien esté libre de culpa…».