Ambos distintivos, el gorro ritual judío y el pañuelo árabe son característicos de dos pueblos que representan a dos Estados, algo que después de mucho tiempo parece no terminar de ser aceptado completamente, ni por los implicados, ni por los aliados de ambos, incluido el concierto de Naciones Unidas. El reciente aumento de violencia militar entre Palestina e Israel, pone al mundo en el borde de un conflicto bélico que tendría proporciones inimaginables.
Los cohetes que salieron desde Palestina hacia Tel Aviv y Jerusalén impactaron en dos ciudades insignia que no eran asestadas desde 1991, a pesar del sistema de protección antimisiles “cúpula de hierro” que posee Israel. Los ataques desde el aire y desde el mar de Israel han sido incisivos y a pesar de eso han causado ya decenas de muertos, especialmente niños y mujeres. Palestina es un territorio especialmente aglomerado por lo que cualquier ataque, inevitablemente causará víctimas civiles. Las razones de esta disputa tienen raíces que se remontan a siglos atrás, y haciendo una reducción muy atrevida podría decirse que uno de los sedimentos es el antagonismo cristiano musulmán. Con el paso del tiempo, esta disputa ha ido adhiriendo muchos otros componentes, intereses, terceros, causas y consecuencias, que se relacionan con elementos como la posición geoestratégica de Palestina en el tablero más grande del golfo Pérsico y especialmente el canal de Suez que comprende como sabemos, amplios yacimientos de petróleo; o la extrapolación de ese conflicto con uno más amplio que disputa a occidente y a oriente en guerras como la de Irak. He aquí un resumen que solo abarca atisbos del siglo veinte y lo que va de éste para empezar a comprender las atribuladas implicancias del mismo. En 1914 el imperio Otomano decidió entrar en la Primera Guerra Mundial y el gobierno británico empezó a ver al movimiento sionista como un posible aliado en una guerra que parecía desarrollarse mal para los aliados. Se consideró entonces que los judíos podrían ser doblemente útiles, ayudando a sostener el frente oriental y estimulando el esfuerzo bélico estadounidense. En noviembre de 1917 se da la Declaración de Balfour por la que el Reino Unido se declaraba favorable a los planes sionistas de creación de un hogar nacional judío en Palestina. La victoria sobre los otomanos dejaría al gobierno británico con el control de Palestina en los siguientes treinta años, en forma de mandato de la entonces recientemente creada Sociedad de Naciones, hoy Naciones Unidas. Nótese aquí la implicancia ya de terceros en la decisión de pueblos enteros. Más tarde, dos guerras, la llamada Guerra de Independencia en 1947 y la de los Seis Días en 1967 dejarían profundas particiones entre los pueblos y especialmente en el territorio palestino, que quedaría dividido entre Israel y Egipto, grandes conglomerados de palestinos se convierten en refugiados en asentamientos, en territorios como la Franja de Gaza y Cisjordania. Para este momento de la historia el conflicto ha tomado otras dimensiones y el mundo no es el mismo, occidente apoya a veces abiertamente y a veces con hipocresía a Israel, y el oriente a la lucha palestina. Todo lo que atenta contra los intereses de occidente se considera terrorista y ahí la configuración de alianzas y enemigos que se cierne en la zona y alrededor de este conflicto. El 14 de noviembre Israel asesina a Ahmed Yabari, miembro del Gobierno y máximo responsable militar de Hamás. Este fue el punto de inflexión que ocasionó la escalada de violencia, al considerarse a partir de ese momento como un acto de guerra, con todas sus consecuencias. Es el tiempo de la decadencia del capitalismo, y como tal los poderes imperiales protegerán a los suyos.