¿Será posible que la sociedad estadounidense consuma, en el futuro, más droga de la que ahora consume? Con las billonadas de dinero de que ese pueblo dispone y la consecuente facilidad con que consiguen la droga, el consumo de la misma ya se ha establecido como parte de su cultura. ¿Hay acaso un solo gringo que hoy mismo tenga ganas de fumarse un pitillo y se le haga difícil conseguirlo?
Con los pies sobre la tierra aceptemos que el narcotráfico es toda una empresa científicamente administrada por expertos graduados en administración de empresas. Empresarios que cuentan con muchísimo más dinero y poder que todos nuestros corruptos gobiernos juntos. Por lo tanto es de tontos persistir en esa irracional lucha en que se ha involucrado Guatemala.
¿Hay alguien que crea que mediante las armas se puede derrotar al narcotráfico? Ni uno solo, estoy seguro.
El principal culpable del éxito del narcotráfico es el insaciable consumo que, de la droga, hace la sociedad gringa. ¿Hay alguien que no lo crea así?
Entonces, si así es, utilizando la lógica más sencilla, actuemos consecuentemente. Hagámosle ver una vez más a la sociedad norteamericana que nosotros, pobres latinoamericanos, creemos que no es sensato, ni justo, que participemos en esa lucha armada en contra del poderosísimo narcotráfico que ya, hoy mismo, nos está agobiando. Hagámosle ver lo que ellos ya de sobra saben y que es cuestión de elemental lógica y justicia, que lo que procede es que ellos ya no se harten de droga. Hagámosle saber que ellos que gastan billonadas de dólares comprando marihuana y coca son los principales promotores del narcotráfico. Los hijos del Tío Sam así deberán aceptarlo y así deberán hacerlo ver ante los ojos y oídos del mundo. No será sino hasta entonces que se habrá dado el primer paso en firme.
Al pueblo gringo no le gustará el que nuevamente se le acuse, pero, estoy seguro que los que entre ellos son inteligentes padres, sensatos y bien intencionados maestros, habrán de aceptarlo con humildad e hidalguía.
Precisa que nosotros los latinoamericanos sepamos jugar el papel que nos corresponda y que lo aceptemos con la responsabilidad que debemos a nuestros hijos, nietos y bisnietos. Precisa que aquí mismo, nosotros los guatemaltecos, actuemos libres de los complejos de inferioridad que nos agobian y encabecemos un movimiento de combate al consumismo de la droga de parte de la sociedad gringa.