La renuencia de la cúpula empresarial a pagar más impuestos de nuevo se puso de manifiesto a través de CACIF, a cuya posición se adhirieron ya los bloques legislativos del Unionismo, Patriota y Panistas, bajo los mismos argumentos esgrimidos: «No es el mejor momento, afectará la inversión y la generación de empleo», «El país está en tiempos de vacas flacas» y que «en lugar de pensar en más impuestos el Estado debería estar promoviendo incentivos fiscales».
El jefe de la bancada del partido oficial UNE, Mario Taracena, fustigó a la cúpula empresarial por su oposición a la reforma fiscal que calificó de «light». «Ellos (los empresarios) deberían estar agradecidos porque este gobierno les va a quitar el Impuesto Extraordinario Temporal de Apoyo a los Acuerdos de Paz (IETAAP)».
«Deberían estar agradecidos porque
se les quitará el IETAAP»
Taracena atribuyó la embestida de la cúpula empresarial a la reforma que pretende gravar los dividendos. «La carne del asunto es esa, si pagan o no impuestos los dividendos». «Ellos mismos dieron la pauta, porque ponen sus bienes y sus carros a nombre de otras personas, porque si se estrellan no van a la cárcel». «Son dos sujetos totalmente diferentes, una cosa es la empresa y otra la persona individual que con esta norma van a tener que tributar», agregó.
Con la eliminación del IETAAP se abrió un agujero al presupuesto de la Nación que en algún momento debe reponerse. Consultado sobre una nueva confrontación con el sector empresarial, comentó que no lo esperaría, porque ellos tienen que reconocer que se les está quitando el IETAAP y que tienen un enorme compromiso, responsabilidad con la Nación.
Taracena dijo que este impuesto se traducirá para el fisco en Q2,500 millones e insistió que esta es una reforma «light» que va a pasar y que no se van a dejar engañar nuevamente que las clases populares serían las más afectadas con su implementación, ya que es la misma retórica que la cúpula empresarial ha utilizado en las últimas cinco reformas fiscales.
Gravamen al reparto de dividendos es del 10%
El presidente de la comisión de Finanzas, el diputado Manuel Baldizón, dijo que el impuesto a los dividendos se tasará a un 10% sobre las utilidades que generen las empresas. «Respetuoso de mi partido, del gobierno de ílvaro Colom, lejos de entrar en discusión en ese tema, nosotros vamos a apoyar a nuestro ministro de Finanzas, a nuestro gobierno y vamos a impulsar la aprobación de esta importante reforma fiscal que va a servir para beneficiar a Guatemala».
Pero gravar los dividendos podría poner en riesgo la reforma fiscal del presidente Colom, porque los empresarios podrían impugnar la norma, alegando doble tributación y la CC botarla. El ex vicepresidente de la república, Juan Francisco Reyes, desestima ese criterio, porque según explicó son dos hechos generadores distintos. El ISR es sobre la utilidad y el impuesto a los dividendos es sobre las ganancias que se reparten entre los socios, agregó.
En otras palabras, Reyes dijo que el hecho generador es el reparto. Los mismos empresarios lo comprenden y fueron ellos quienes plantearon que se les exonerara del mismo, una vez reinvirtieran tales utilidades. En los Estados Unidos de América existe este impuesto desde hace más de 25 años, indicó.
Sobre los consensos que se requieren para llevar a buen puerto la reforma fiscal del presidente Colom, habida cuenta que tres bloques legislativos fijaron ya posición sobre el tema, Baldizón comentó que nunca es un buen momento para aprobar una reforma fiscal, la historia así lo indica, pero es necesario fortalecer el sistema financiero y esto es parte del proceso, se tiene que analizar profundamente y discutir con todos los partidos políticos en la búsqueda de acuerdos.
La reforma afecta a la clase media
Así como la reforma fiscal crea el impuesto a los dividendos, un impuesto directo a los empresarios, también pretende aumentar la recaudación vía la eliminación de la planilla del IVA, acreditable al ISR, lo cual afectará a los asalariados, a la clase media, estableciendo un impuesto fijo entre el 5% y 7%, lo cual desestimulará a los contribuyentes exigir facturas por sus compras, cuyos efectos no se pueden precisar.
Algunos observadores políticos creen que la mejor reforma fiscal que debería promover el Estado es a través de la implementación de una serie de políticas que demuestren que el poder lo tiene el Estado y no quienes se apropian indebidamente de los impuestos que deben tributar.
Antes de promover una reforma tributaria como ésta que también afecta a la clase media, el Estado debe sentar precedentes ejemplares en contra de los evasores, como es uso de moneda corriente en Estados Unidos, Europa, incluso México, donde realmente las autoridades recaudadoras de impuestos se hacen respetar, castigando al evasor, incluso con cárcel.
Por su parte, el diputado Efraín Ríos Montt fue consultado sobre sí creía que el sector empresarial debía contribuir a paliar la crisis, dijo: «No creo… no creo, porque no debemos ser ni limosneros, ni gente que nos mantengan con sus dádivas. Tenemos que aprender a ser ciudadanos y pagarle a la patria lo que la patria nos ha dado. Creo que es una oportunidad para compartir con los guatemaltecos lo que Guatemala nos da».
Y sobre la renuencia del sector privado a pagar más impuestos, Ríos indicó que tienen razón quienes afirman que no tienen voluntad política, porque ellos son comerciantes y como tales quieren ver los intereses de sus dividendos inmediatamente. Habría que estimularlos para que aporten, porque de lo contrario van a fracasar por su propia falta de visión, concluyó Ríos Montt.