“Cuentan que antiguamente la Luna, nuestra abuela, alumbraba igual que su hermano el Sol y la gente no podía distinguir cuándo era de día y cuando era de noche.
Viendo el Sol que esta situación le ocasionaba problemas, empezó a pelear con su hermana la Luna, hasta que logró apagarle un ojo para siempre. Los pleitos de estos dos hermanos continúan, pues cuando hay eclipse es porque hay dificultades entre el Sol y la Luna. Cuando hay eclipse solar es porque la Luna llega a pelear con el Sol, queriéndole apagar un ojo; cuando hay eclipse lunar es porque el Sol llega a pelear con su hermana, queriéndole apagar el otro ojo”, de acuerdo con la historia legendaria de los K’iches´, sobre la creación de su mundo y de su visión de la vida.
EVOLUCIÓN LINGUÍSTICA
Según los K’iches´ su habla es un idioma auténtico, ya que posee gramática y escritura y se ha convertido en una práctica de derecho lingüístico individual para resguardarlo, estudiarlo y enseñarlo en las escuelas.
El idioma K’iche’ forma parte de los idiomas de Mesoamérica provenientes del tronco protomaya, de la rama lingüística K’iche’ y del Tronco K’iche’ propio, donde comparte raíces con los idiomas Achí, Kaqchikel, Tz’utujil, Sakapulteko y Sipakapense. De acuerdo con los especialistas este idioma es de los que provienen con mayor pureza del maya clásico después de las transformaciones del 900 después de Cristo.
El idioma K’iche’, por su origen milenario y no obstante haber sido influenciado por la conquista y evangelización es uno de los más importantes que se hablan en la región de Guatemala contemporánea.
COSMOVISIÓN
El cuarto pilar lingüístico más importante de Guatemala es la comunidad K’iche’ situado en los departamentos de Quiché, Quetzaltenango, Totonicapán, Sololá, zona norte de Suchitepéquez y Retalhuleu. Está concentrado en el altiplano noroccidental de la República de Guatemala. El idioma K’iche’ es riquísimo en vocabulario, tiene una estructura y forma flexible, y es altamente evolucionado.
La historia de la comunidad K’iche’ se hunde en línea directa al mundo maya clásico y ancestral, su máxima expresión en cuanto a cosmogonía y visión del mundo es el “Pop Wuj”, libro sagrado de los K’iches’ presenta un cuadro bastante completo del origen, de las tradiciones populares, creencias religiosas, organización social y política, migraciones y desarrollo de los grupos que poblaron en la época prehispánica posclásica, parte de la actual República de Guatemala. Esta comunidad lingüística está mencionada por todas las crónicas españolas e indígenas del siglo XVI al XIX. En tal sentido la cosmovisión está ligada a la naturaleza y a las grandes deidades de origen maya y el cristianismo animista surgido a partir del siglo XVI. Por tanto, los ritos al Corazón del Cielo y de la Tierra piden por la salud de las grandes montañas y los ríos y por la salud de los animales y de los hombres.
La organización social y familiar está ligada a los ancianos, a las cofradías y alcaldías indígenas. En esta región las artes y artesanías guardan todo el equilibrio y el eco ancestral de las distintas culturas que han recorrido esta región. De trajes de intenso colorido y gran originalidad la comunidad K’iche’ se liga indisolublemente a la tierra, tanto a nivel familiar como a nivel comunal. Esta región es el granero espiritual y natural del sur de Mesoamérica.
TRADICIÓN ORAL
De la tradición oral de esta lengua, se desprende el cuento “El entendimiento de los niños”, de Santa Cruz del Quiché: Hermanos, a mí me gustaría si los niños obedecieran, sino sólo jugaran, si verdaderamente hicieran caso. A mí me gustaría si se quitaran sus juegos, si se quitaran sus risas de las reuniones. A mí me gustaría si verdaderamente oyeran las palabras, porque nosotros, los grandes, no nos queda mucho en nuestras cabezas. A mí me gustaría que estuviéramos juntos para escuchar las palabras del predicador. A mí me gustaría si juntos usáramos los oídos para recibir las palabras. Para nosotros, pues, no nos queda mucho en nuestras cabezas, pero a los niños les queda mucho en sus cabezas. Así me gusta.
Los niños pueden pensar bien. Los pensamientos entran bien en sus cabezas. Pero los niños sólo hacen juegos. Los niños hacen como si fuera comida la pelota. La pelota, ésta tiene más honor. Se esfuerzan con ella como si fuera su comida, como si fuera lo que comen, como si fuera ella la que les da la vida, como si fuera ella la que los alimenta. Algún día vendrá el entendimiento, algún día entenderá.
Pensamos que tal vez después viene el entendimiento, después viene la sabiduría, porque en verdad los niños todavía están chiquitos. El entendimiento en verdad viene tarde. Hace mucho tiempo yo no tenía entendimiento. Así hice yo hace mucho tiempo. Después que tenía hijos me vino el entendimiento. Es cierto lo que dijeron nuestros padres: “Sólo cambiamos lugares aquí en el mundo”. Entonces vi que es verdad. Entonces así es. Tarde les viene el entendimiento porque así pasó conmigo. Y así sucederá con mis hijos.
Un segundo cuento, de Nahualá, llamado “El hombre Diablo”, dice así: Hay un hombre que mató a otro. La policía lo echó en la cárcel. Estaba preso por muchos días y quería salir. Buscó la manera y descubrió un hoyo donde pasaban las aguas negras del pueblo. Empezó a escarbar. Al fin una noche pudo salir, entró en aquel hoyo. Se fue lejos, lejos.
Al amanecer pasaron lista y vieron que no estaba. Entonces dijeron: “Aquel hombre, ¿dónde se fue?” “No sabemos”, dijeron los otros presos. Al ver el hoyo, dijeron “Este es donde se fue”. Entonces, empezaron a buscarle.
Unos policías lo fueron a buscar frente a su casa, pero no se dejó capturar porque se transformó en perro. Cada vez que fueron a buscarle le vieron dentro, al entrar a la casa siempre vieron a un perro. Mucha gente llega allí para pedirle favor, porque es puro hombre-diablo. Sabe porque habla con el diablo. En un buen brujo, puede hacer de todo porque habla con el diablo. El diablo le ayuda a hacer toda clase de cosas.
Finalmente, “El Arcoíris”, del mismo lugar cuenta que: el Arco Iris es un ser sobrenatural y es por eso que le llaman Nimá Achí (hombre grande). Dice la gente que no hay que señalarlo con el dedo, porque se corre el peligro de este dedo se pudra. También se tiene la creencia de que si una persona tiene suerte y se fija bien en donde caen los extremos del Arco Iris, al ir a excavar en ese lugar puede encontrar bastante dinero, pero si la persona no tiene suerte, lo que puede encontrar al excavar es una gran culebra.
En la actualidad, es considerado en la categoría de lenguas territoriales mayenses, ya que se habla en los municipios de Santa Cruz del Quiché, Canillá, Chiché, Chichicastenango, Chinique, Cunén, Joyabaj, Pachalum, Patzité, San Andrés Sajcabajá, San Antonio Ilotenango, San Bartolomé Jocotenango, San Pedro Jocopilas y Zacualpa, del departamento de Quiché; Nahualá, Santa Catarina Ixtahuacán, Santa Lucía Utatlán y Santa María Visitación, en el departamento de Sololá; Totonicapán, Momostenango, San Andrés Xecul, San Bartolo Aguas Calientes, San Cristóbal Totonicapán, San Francisco El Alto, Santa Lucía La Reforma y Santa María Chiquimula, en el departamento de Totonicapán.
Los municipios de Quetzaltenango, Almolonga, Cantel, El Palmar, La Esperanza, Salcajá, San Carlos Sija, San Francisco La Unión, San Mateo, Sibilia y Zunil, en el departamento de Quetzaltenango; los municipios de Cuyotenango, Pueblo Nuevo, Río Bravo, San Bernardino, San Francisco Zapotitlán, San Gabriel, San José El Ídolo, San Lorenzo, San Miguel Panán, San Pablo Jocopilas, Santa Bárbara, Santo Domingo Suchitepéquez, Santo Tomás La Unión y Zunilito, en Suchitepéquez, así como en San Andrés Villa Seca, San Felipe Retalhuleu, San Martín Zapotitlán, San Sebastián y Santa Cruz Muluá, en el departamento de Retalhuleu. De tal manera que esta comunidad lingüística posee un elevado número de hablantes. Este idioma al hablarse en estos municipios conforma parte de la identidad y de los valores culturales y sociales de la región.