Casi un millón 500 mil motores ruge todos los días en calles y carreteras del país. Tras ellos queda el humo que luego se hace invisible. Al final es causa de contaminación ambiental. Y sus efectos, variados.
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En Guatemala, una cantidad que supera el millón 300 mil vehículos para distintas utilidades, queman gasolina. Otro número que rebasa los 230 mil automotores, incineran diésel. Otras 25 mil máquinas, utilizan otro combustible. Con esos gases en el ambiente, el país sigue su marcha contaminando sus principales ciudades.
En la capital existen puntos críticos donde hay más concentración de contaminantes debido a la combustión de los motores. La mayor señal de daño está en las calzadas San Juan, Roosevelt, Aguilar Batres, La Paz, Atanasio Tzul, Calle Martí, Periférico; avenidas Petapa, Bolívar, 7a. avenida, Centro Cívico, Reforma, Hincapié; bulevares Vista Hermosa y La Pradera.
Asma y gripe
Jhoni ílvarez Castañeda, director de la Escuela de Química, de la Universidad de San Carlos de Guatemala, afirma que en seis puntos mantienen control y estudios de la contaminación criterio «gaseoso» y «material particular», asunto que preocupa cada vez más.
En la capital de Guatemala, (única región que controlan) se identifica principalmente, el fenómeno particular producido en 75% por el parque vehicular que circula, lo que hace sobrepasar los límites de expulsión y permanencia de partículas en el aire, aceptadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El otro 25% fuentes de contaminación son la industria, las rozas, los incendios forestales y quema de basura en general.
Cuando crece en forma desmedida la flota de vehículos que entran en circulación, hay más riesgos. Los efectos principales en la salud cuando se respira humo, son deterioro del tracto respiratorio que incrementa o vuelve crónica el asma y la gripe, se sufren daños en la piel y los ojos por la presencia de óxidos de nitrógeno y de azufre, explica.
Sufrimos una lluvia ácida que es combinación de la humedad del ambiente y los óxidos mencionados que se producen al quemar carbón y productos derivados del petróleo, y, con ellos se genera un efecto invernadero.
Flora y fauna
Carlos Salvatierra, del Colectivo Madreselva coincide que con el aumento de más autos circulando en las ciudades, los gases contribuyen al calentamiento global.
Para contrarrestar los fenómenos negativos al ambiente, es necesario proteger la naturaleza, conservar los ecosistemas y defender los espacios naturales con que cuenta el país. Sin embargo, no es sembrar árboles por sembrar, porque un bosque no es igual que una plantación.
Las plantaciones de monocultivos son explotaciones comerciales y en ella no hay interacción de los elementos, agua, animales, bosques.
Los ecologistas perciben que por ausencia de proyectos razonables, la agroindustria y las industrias contaminan el agua y suman sus elementos conformando un 90 por ciento de contaminación combinándose a heces fecales, aguas grises, basureros, plaguicidas, químicos y arsénicos.
La convergencia de problemas ambientales puede causar más daños a la naturaleza, pero pueden existir grados de recuperación dependiendo de la cantidad de contaminaciones expulsadas. El manglar a la orilla del mar es un riñón que de forma natural puede degradar la contaminación, pero si a los ríos siguen ingresando más contaminantes, su capacidad podría terminar.
Un ejemplo es el lago de Amatitlán que fue reserva de agua dulce, pero por la basura se convirtió en un desastre que impactó negativamente.
Discapacidad
Sebastián Toledo, del Consejo Nacional de Discapacitados (Conadi), indica que la contaminación del ambiente también son los ruidos. La sordera ocurre por la permanencia de aquellos estruendos que producen los escapes de los vehículos en la vía pública.
Adentro de unidades del servicio urbano, los motores en mal estado, volumen alto en radios o al hablar por teléfono celular, también generan daño auditivo. En el país existen 125 mil sordos, buena parte de ellos adquirieron la sordera en los últimos 5 años. El mundo cuenta 250 millones de sordos, explica.
En lo visual, el humo causa enrojecimiento de los ojos, malestar que implica la necesidad de comprar medicamentos.
Helga Luna, presidenta del Conadi, opina que los desechos de las fábricas algunas veces producen intoxicación de plomo, que en el ser humano produce lesiones a los nervios periféricos, base de la sensibilidad corporal y que ayudan a ofrecer respuesta de movimiento a extremidades superiores e inferiores.
El exceso de plomo en la sangre puede causar parálisis permanente o temporal. Permanecer en áreas de trabajo o cercanías donde se utilizan insecticidas, pueden lesionar el sistema nervioso, pero de ello no existen estadísticas en el país, informa.
Otro riesgo para la salud es la contaminación del agua, la generación y mal manejo de la basura, que puede producir vectores como moscas, cucarachas y roedores, refiere.
Guatemala empieza a sentir mayor peso de los efectos de la contaminación ambiental. Las ciudades principales donde circulan más vehículos es Guatemala, con carga de 832 mil 311 automotores; Quetzaltenango 112 mil 746; Escuintla 88 mil 78; San Marcos 57 mil 731; Huehuetenango 48 mil 177 y Jutiapa 42 mil 189 vehículos.
El país empieza a integrar la lista de principales ciudades llenas de bruma artificial o smog, aquellas en que miles y en algunas millones de personas viven en riesgo por la contaminación, entre ellas el Distrito Federal, México; Buenos Aires, Argentina; Beijing, China; Santiago, Chile; Los íngeles, California; El Cairo, Egipto entre otras.