Las instituciones del Estado presentan diferentes y profundas carencias y la Policía Nacional Civil no es la excepción, pues presenta una debilidad institucional que no solo se manifiesta en el reducido número de agentes y en su escaso equipamiento, sino también en la falta de infraestructura propia así como una alimentación adecuada para sus miembros, lo que hace difícil para los agentes cumplir sus funciones y la promesa de seguridad del Gobierno.

A inicios de marzo pasado, el entonces director de la Policía Nacional Civil (PNC), Gerzon Oliva, denunció el “abandono” de la institución policial en una citación en el Congreso con los diputados opositores de la bancada Libertad Democrática Renovada (Lider).

Sentado frente a varios diputados con corbatas rojas, Oliva no sabía que sus declaraciones generarían una serie de reacciones en las altas esferas del Gobierno y la oposición política, que incluso le costarían el puesto directivo, pero que finalmente no supondrían una nueva etapa en la historia PNC, sino únicamente una polémica.

A raíz de esa citación trascendió que los agentes de policía debían prestarse entre sí las armas para patrullar, debido a que no había suficientes pistolas como para entregar una a cada agente, y eso sirvió como justificante para realizar un criticado proceso de compras por excepción.

Aunque no fue la justificación oficial para el despido de Oliva, solo unos días después fue “separado del cargo” sin una explicación clara por parte de las autoridades de Gobernación.

SEIS MESES DESPUÉS

Ya pasaron seis meses después de la denuncia de Oliva, pero las cosas no han cambiado en la PNC y como dijo el Exdirector de la institución, la Policía continúa en el “olvido”.

Mario Polanco, del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), indica que las carencias en la PNC son graves, empezando con que no cuentan con instalaciones suficientes, porque funcionan en espacios que no son los adecuados, equipamiento, uniformes, botas y otros suministros para su operación.

La escasez no solamente se tiene en los niveles materiales, sino también en educación, pues no tienen la oportunidad de crecer en este sentido, ya que al pedir un espacio para asistir a la universidad no se los otorgan por el horario y por la falta de elementos policiales que le cubran, asegura Polanco.

Otra de las faltas que tiene la policía es la mala alimentación e instalaciones sanitarias precarias, además de lo referente a una falta de profesionalización que garanticen un mejor nivel de seguridad para los ciudadanos, señala Polanco.

Además indica que la PNC tiene armas obsoletas, y allí radica la compra de armamento para las fuerzas policiales por excepción, pero que en estos procesos no se garantiza la transparencia para la adquisición de las mismas, aunque se tenga la necesidad de armas no se tienen que utilizar estos mecanismos.

“Estas carencias son estructurales y garrafales, por lo complicado que es para avanzar en cualquier tipo de reforma. El hecho de que no  habrá la posibilidad de reformar imposibilita el desarrollo de la institución”, dice el activista.

Polanco señala que, entre las instituciones del Estado, la PNC es una de las que menos atención recibe. “Cualquier policía profesional del mundo cuenta con tecnología, con vehículos apropiados y no digamos con uniformes y con todo el equipo que aquí se necesita” señala Polanco.

Según el entrevistado, contrario a lo que se dice oficialmente, la compra de las armas no resuelve del todo los problemas que tiene esta institución: “No se trata que con armas nuevas los policías son más profesionales, y tendrán más capacidad de investigación”. “Seguirán en las mismas condiciones”, augura.

TRABAJO POR MEJORAS

Telémaco Pérez, director de la Policía Nacional Civil (PNC), reconoce las carencias que tienen las fuerzas de seguridad en el país e indica que todas las instituciones del Estado tienen alguna carencia. “Ninguna de las instituciones tienen el ciento por ciento de lo que deben tener, igual nosotros”, señala.

Pérez dice que aunque se tengan estas carencias, se está trabajando con las academias, manteniendo una graduación de agentes así como de oficiales. A su criterio, en el tema de la profesionalización se mantiene un compromiso constante, aumentando la planilla de la policía.

Al ser cuestionado que la graduación de agentes no precisamente resuelve las carencias, indicó que se trabaja en la adquisición de armas así como el remozamiento de las subestaciones, pero que es un objetivo que “no se logra de la noche a la mañana”.

Además indica que se deben realizar procesos, como en todas las instituciones del Estado, por lo que no se puede tener o resolver la escasez de recursos abruptamente. “Poco a poco se ha estado implementando, se ha comprado uniformes, se están remozando las instalaciones, y se espera que se compre armamento, entonces todo lleva un proceso”, dice.

El Director de la PNC indica que ciertamente solo las armas no resuelven todas las carencias que la institución tiene, pero es parte de resolver dicha problemática dado que es un asunto integral para mejorar la calidad de trabajo que realizara la PNC.

Respecto a la profesionalización de los agentes policiales Pérez indica que se ha fortalecido la expansión de la Academia en otros departamentos de Guatemala, así como la capacitación por medio de las universidades que funcionan en el país de manera que se hace todo un esfuerzo para que la PNC sea profesional.

Entre tanto Adela Camacho de Torrebiarte, comisionada Presidencial para la Reforma Policial, dice que como parte de la reforma a la PNC se ha trabajado en la remodelación y equipamiento de algunas unidades, y se han remozado 29 sedes policiales.

De Torrebiarte reconoce que existen carencias en la PNC, pero que se debe de realizar todo un proceso para superarlas “que ya se está haciendo”.

Además indica que se ha dotado de Internet a 756 sedes, pero también se ha estado dando a otras unidades, Atención a la Víctima, Investigación Criminal, Trata de personas y por supuesto en la capacitación y profesionalización de los agentes de la PNC.

“Sí hay carencias de conocimiento, de entrenamiento, pero se está trabajando en estos temas” dice Torrebiarte. Agrega que como reforma policial lo que se está realizando  es un organigrama que sea más efectivo y eficiente, el cual será presentado al cambio de la Ley Orgánica para institucionalizar los procesos.

Según la funcionaria esos procesos de adquisición de uniformes, de armas y alimentación etc., lo trabaja el Ministerio de Gobernación el cual es un proceso que está siendo ejecutado por la PNC y el Ministerio, y lo que se ha hecho de parte de la reforma es recomendar, opinar y proponer en cuanto a las debilidades que tiene la PNC.

La comisionada para la reforma policial dice que en alguna ocasiones se dice que no hay patrullas, pero lo que sucede es que a estas no se les da el uso como un carro particular entonces pareciera que no alcanzan nunca, por lo que se trabaja en una planificación para la PNC, para que con apoyo y logística se logre equipar a los agentes.

En cuanto a la adquisición de las armas de fuego para equipar a la PNC, Torrebiarte señala que desde el 2007 no se compraban armas para dicha institución, “siempre hay dificultad en estos eventos porque son grandes, con intereses particulares; que hay que hacerlos, dice.

Además reconoce que con la compra de armamento no resuelve las carencias que tiene la PNC, entonces con la reforma se pretende institucionalizar y empoderar a la policía ya que de otra manera se estará siempre teniendo esas carencias.

PRESUPUESTO MAL DISTRIBUIDO

Según Lorena Escobar, de la Asociación de Investigaciones y Estudios Sociales (Asies), las carencias en la filas de la PNC provoca desánimos en los agentes y corrupción siendo efectos de la mala atención que se le brinda a esta institución.

Escobar indica que estas carencias son por la desatención que a través de los años ha sufrido la institución de parte de los gobernantes, es algo de 4 u 8 años, teniendo efectos nocivos en la seguridad del país, además se le ha apostado a otro tipo de reacciones que acciones.

La analista considera que también esto se por la mala distribución de un presupuesto que no atiende las necesidades de las instituciones, y esa distribución obedece a políticas gubernamentales.

Escobar indica que también estas faltas se han estado dando porque se le ha apostado más a la coyuntura y no se le ha hecho de manera estructural que estos procesos cambien, entonces se debe tener una reforma policial profunda para colocar una atención más específica.