El Himno Nacional es el Himno


Me agrada entablar este diálogo con don Carlos Eggenberger U., alrededor de nuestro Himno Nacional, porque su historia es totalmente desconocida por varias generaciones para acá, culpa de los gobiernos y de quienes han estado al frente del Ministerio de Educación, que se han preocupado por hacer politiquerí­a, en lugar de hacer conciencia cí­vica ciudadana.

José Antonio Garcí­a Urrea

A quienes fuimos alumnos en la década de los 20s., nos inculcaron la mí­stica del amor a nuestra Patria Guatemala, así­ como a sus sí­mbolos patrios, nuestro bello Himno Nacional y nuestra excelsa Bandera, azul, blanco y azul. Pero, más adelante esa instrucción fue decayendo tanto en escuelas públicas como en colegios privados, con muy pocas excepciones. Señalé en Butaca pasada, que en la clausura de un colegio de párvulos, lo que se exaltó fue el mejicanismo, al grado de que el narrador grito: «Viva México!», yo alcé mi voz de protesta. Al principio del acto no se entonó nuestro Himno Nacional.

Es cierto, como lo dice don Carlitos, que las gentes cuando en actos especiales se debe entonar el Himno Nacional, la mayorí­a no lo saben, ni tampoco, agrego yo, colocan la palma de la mano derecha sobre el pectoral izquierdo en donde está el corazón, no obstante que hay un acuerdo del Ministerio de Educación a ese respecto. Ignoro quién dispuso que al final del Himno no debe aplaudirse. Ahora ya se hace un poco. Por más que investigué, no logré establecer se originó eso del «Himno Protocolario».

Según la Historia, apreciable don Carlitos, después de la presión ejercida para declarar la Independencia de la corona española, los españoles y los españolistas, que no son los Próceres, no tuvieron más que declararla así­, pero posteriormente a los gobiernos de las ya cinco repúblicas centroamericanas, se anota, se les olvidó que habí­an de tener un Himno Patrio, pero aquí­, el licenciado Ramón Pereira Molina escribió el Canto Popular, que se cantaba en las escuelas públicas con la música del actual Himno Nacional. Ante eso, fue que el general Reyna Barrios convocó al certamen para que Guatemala contara con su Himno Patrio.

En lo referente a lo expuesto por usted, apreciable don Carlitos, de la reforma a la letra, el escritor y periodista Marco Vinicio Mejí­a, escribió un ensayo a fondo que le permitió ganar el Certamen que se convocó con motivo de los festejos del primer centenario del Himno, en febrero de 1997, en él se ve la razón que motivó la reforma.

Por otra parte, aquí­, en la ciudad capital, viven descendientes directos de los dos artí­fices de nuestro Himno Nacional, y uno de ellos, distinguido empresario, lleva el nombre de José Joaquí­n Palma, por lo que habrí­a que consultarles a ellos, por respeto y ética, si estarí­an de acuerdo con que se anule el trabajo patriótico de su antecesor. Cambiar nuestro Himno Nacional, serí­a como pretender cambiar nuestra Bandera, porque ésta ya nos aburrió verla.

Respetable don Carlitos, como dejo dicho al principio de estas notas, me agrada que haya surgido este diálogo cí­vico, que aportará algo sobre el conocimiento del Himno Nacional de Guatemala, y con un fraternal estrechón de mano lo doy aquí­ por concluido.