El Gobierno no logra apoyos reales


El gobierno del ingeniero Colom mantiene un discurso de izquierda que molesta mucho a la poderosa derecha de Guatemala y en gestos como los que tuvo con el reciente viaje a Cuba marca enorme distancia con el empresariado y con una sociedad que vuelve a mostrar su tendencia conservadora. En la práctica, es el tema de la cohesión social lo que le da cierto sustento a las expresiones de socialdemocracia que el régimen presenta de cara al exterior y uno pensarí­a que si el Gobierno está dispuesto a romper lanzas con la derecha, estarí­a trabajando para tener, por lo menos, el apoyo de los grupos de la fragmentada izquierda.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Sin embargo, cuando vemos las reacciones de esos grupos ante situaciones como el escamoteo de los planes de contrainsurgencia que el Presidente ofreció hacer públicos y que ahora desaparecieron como por arte de magia y aun en el rechazo que algunos muestran a la disposición oficial de conmemorar fechas importantes como los asesinatos de Alberto Fuentes Mohr, Manuel Colom Argueta y Oliverio Castañeda, para citar apenas los más recientes, podemos observar que fuera del pequeño grupo que ejerce funciones públicas, tampoco ha sido exitoso en lograr un decidido respaldo de lo que podrí­a considerarse como el sector menos conservador de la sociedad nacional.

En otras palabras, la derecha se siente lastimada por el discurso más que por las obras del gobierno y eso es suficiente para marcar diferencias que cada vez se hacen más evidentes en la lectura cotidiana de los medios de comunicación. Y paralelamente, la izquierda, con todo y sus fragmentaciones ancestrales, sigue considerando que el Gobierno no actúa en realidad como una expresión de izquierda y le regatea méritos.

Hoy por hoy es obvio que el Gobierno se siente cómodo en medio de los ataques que le vienen de la prensa escrita por el apoyo que recibe de la televisión abierta que, de paso, aprovecha para dirimir las viejas diferencias que mantienen, pero habrá que ver si una vez renovada la concesión más próxima a vencer esa especie de luna de miel se mantendrá o si, por el contrario, volverá a pesar más la simpatí­a hacia el Partido Patriota y empezará a bajar la cobertura a favor del Gobierno.

En una época de crisis económica como la que empezamos a vivir y en el marco de problemas tan serios de gobernabilidad por el tema de la violencia generalizada y la incapacidad del Estado para hacer que se aplique correctamente la ley, es sumamente peligroso operar sin apoyos polí­ticos importantes en la sociedad. Hoy por hoy pareciera como si el ingeniero Colom carece de esos respaldos y cada vez más se nota el rechazo que provoca entre los nada despreciables segmentos tan conservadores de Guatemala y los que, por distintas razones, genera en la izquierda tradicional que mantiene una agenda que no es, para nada, la del gobierno que navega con la bandera de la socialdemocracia que hasta muchos de los socialdemócratas le regatean.

Me ha llamado la atención que ahora que se aproxima el aniversario del asesinato de Manuel Colom, muchos de los seguidores de ese carismático lí­der polí­tico sienten que si el Gobierno le rinde homenaje a los 30 años del crimen está «manoseando» su figura. Ciertamente no es fácil avanzar con acuerdos en Guatemala y eso lo demuestra la historia, pero parece que el Gobierno ni siquiera hace el esfuerzo por proponerlos.