El Gabinete (II)


Ya formado el Gabinete con la tranquilidad de saber que el Presidente y Vicepresidente serí­amos complementarios, cada quien en su rol, que no permitirí­amos que la intriga o las malas influencias separaran o afectaran la confianza y la comunicación mutua iniciamos como un conjunto.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

El Gabinete está integrado por mujeres y hombres con diferentes caracterí­sticas personales, virtudes y defectos. Algunos llevan criterios o consignas propias y si fueron propuestos por persona o grupo en particular, tratan de satisfacer el compromiso que traen debajo de la manga.

Desde el inicio expresamos a los integrantes del gabinete que deberí­an de tener presente el hecho que eran funcionarios de confianza, no electos, que todos y cada uno de ellos tení­an cargos polí­ticos, que pensar que no lo eran significaba ignorancia y autoengaño de la realidad.

Nuestro gobierno no tuvo, ni permitió que existieran nombramientos anómalos o ilegales; es decir, no hubo personeros del Presidente o comisionados presidenciales, nombramientos que no están contemplados dentro del sistema jurí­dico vigente.

Pronto comprendimos y comprobamos lo serio de la evasión fiscal, la baja y complicada recaudación de impuestos, la presión externa, especialmente de Estados Unidos. También nos percatamos que la cúpula empresarial se preocupaba solo de sí­ misma, que no tení­a permeabilidad para encontrar consensos nacionales, sólo estaba preocupada de sus intereses particulares.

Lentamente fuimos conociéndonos entre sí­, con frecuencia le recordamos al Gabinete que solo el Presidente y el Vicepresidente eran inamovibles, el resto eran igual que fusibles o seguros del sistema polí­tico, podí­an fundirse por sus aciertos o desaciertos y ser necesaria su sustitución.

Poco a poco fuimos conociendo la capacidad o la debilidad de quienes integraban el gabinete; así­ se fueron produciendo los ajustes o cambios, paulatinamente se abordaron las tareas de mejorar la educación, salud, alimentación, infraestructura, de cumplir y superar las muchas necesidades, especialmente la pobreza.

Si me preguntaran cómo fueron los eslabones o las piezas del gabinete, dirí­a que hubo buenos ministros y secretarios. Como ejemplos de responsabilidad señalarí­a a Juan Francisco Alfaro, Otilia Lux Cojtí­, Mario Bolaños, Gabriel Orellana, Eduardo Weymann, Edin Barrientos y Ricardo Marroquí­n, quienes se distinguieron por cumplir honesta y eficientemente su responsabilidad, aun a veces en contra de los requerimientos partidarios.

Si me preguntaran con insistencia quién no cumplió su tarea especí­fica, señalarí­a a Edgar Gutiérrez, Secretario de Análisis Estratégico, quien mientras fungió en dicho puesto nunca hizo planteamientos o análisis al Gabinete, al ser trasladado al Ministerio de Relaciones Exteriores, hecho que fue un desacierto, solo se dedicó a viajar y a beneficiarse él y sus allegados, especialmente el viceministro Alfredo Trinidad que salió quemado del Parlacen pero que gracias a Gutiérrez logró un trampolí­n para vengarse del Parlacen afectar a la integración.