El fracaso del Gobierno, cuatro años perdidos para el pueblo


Haciendo un análisis de los cuatro años de gobierno presidido por el señor í“scar Berger y los diferentes Presidentes del Congreso, los diferentes Presidentes/as del Organismo Judicial; el Fiscal General, el Procurador General, el Contralor de Cuentas, los ministros/as de Estado, los Secretarios, Gerentes, Coordinadores, Directores Generales, Gobernadores/as, y Alcaldes/esas, podemos decir de manera enfática que con el trabajo desarrollado durante los cuatro años: ¡FRACASARON!

Fernando Mollinedo

Casi todos iniciaron el abordaje del poder con ansias de poder y enriquecimiento personal; muy rápida fue la presencia de la soberbia, prepotencia y abuso en el desempeño de sus labores; se le dio un rápido paso al trámite de influencias y al pago de facturas polí­ticas; se sintieron casi como hijos de Dios iluminados para ejercer los cargos que ostentan y/o detentan; su ingreso económico los ubicó en un sitial preferente y empezaron a sentirse de la «clase privilegiada» en aspectos económicos.

Casas, carros, viajes, joyas, ropa de marca y hasta gustos extravagantes en materia culinaria fueron los elementos casi de rutina con que se presumí­a o bien se satisficieron profundas carencias anteriores. Pero de fondo, no hubo un cambio que representara esperanza y dignidad para los millones de personas que esperan alguna mejora social en el desarrollo de sus vidas. Todo se fue en palabras de campaña, desde el Presidente de la República hasta funcionarios y empleados de toda categorí­a al servicio del Estado, ¡FRACASARON!

El fracaso, según el DRAE es: «un suceso lastimoso, inopinado y funesto. Es el malogro, resultado adverso de una empresa o negocio». En otras palabras, y por los resultados de la gestión administrativa del actual Gobierno (TODOS LOS INICIALMENTE MENCIONADOS), NO SUPIERON CUMPLIR CON LAS FUNCIONES Y DEBERES PARA LOS QUE FUERON ELECTOS/NOMBRADOS.

La razón de lo anterior se corrobora con sólo ver la realidad: violencia, crimen, delincuencia común y organizada en el sector gubernamental, iniciativa privada y hasta en instituciones internacionales. Desfachatez de funcionarios nacionales y extranjeros para apoderarse del dinero de los préstamos internacionales y hasta el colmo de que ha ido en aumento el proceso onegeizante como ví­a rápida para esquilmar el dinero del pueblo.

¿Y la realidad en el área rural? SIGUE IGUAL QUE HACE 30 Aí‘OS: sin escuelas, sin caminos, sin acceso a la salud, mucho menos a la recreación, explotación del hombre por el hombre, los cacicazgos, el poder de las armas oficiales y de las patrullas civiles, el incremento de la mortandad por causas «naturales», la desnutrición e ignorancia. Por lo anterior, es que ¡FRACASARON!, porque no supieron ni pudieron cumplir con su deber de ciudadanos representantes de los intereses de la mayorí­a de la población. ¡FRACASARON! Porque el pueblo sigue sumido en la miseria y sólo los gobernantes acrecentaron su fortuna.