El Foro Social Mundial inauguró una nueva etapa con la crisis


Vista general de los participantes del Foro Social, cerca de 100 mil personas, entre ecologistas, grupos feministas y otras organizaciones se dieron cita en el evento que duró seis dí­as.  FOTO LA HORA: AFP Vanderlei Almeida

El Octavo Foro Social Mundial que culminó ayer en Belem (corazón de la Amazoní­a), con 133 mil participantes, inauguró una nueva etapa para los altermundialistas que, ante el reto de la crisis medioambiental y económica, afinaron propuestas y movilizaciones.


«La crisis nos obliga a mejorar nuestras propuestas. Hemos montado una gran red contra la crisis y lanzaremos varias jornadas de acción mundiales y campañas este año, para que los pobres no paguen su alto precio», dijo Fátima Mello, del comité organizador del Foro desde su creación en 2001.

«Surgimos contra la globalización neoliberal y ahora que esa globalización se está destruyendo, tenemos que definir qué mundo queremos» con alternativas al modelo capitalista y a la relación con la naturaleza, dijo a la AFP Candido Grzybowski, uno de los fundadores del Foro.

Al mencionar esa nueva etapa del foro, Grzybowski destacó la gran participación de jóvenes en el evento, una nueva generación de rebeldes contra el sistema que cuando el evento fue creado en 2001 eran apenas niños «y que garantizan la continuidad del Foro Social Mundial», dijo.

Los altermundistas quieren organizar su primera gran movilización que medirá sus fuerzas el 28 de marzo próximo ante la cumbre del G20 (grandes paí­ses industrializados y principales en desarrollo) que se reunirá en Londres para discutir la crisis. Los militantes reclaman que ese debate debe hacerse en un foro más representativo y pretenden presentar sus propuestas.

La presencia de cinco presidentes de la izquierda latinoamericana (Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay y Venezuela) en Belem, fue considerada una victoria para los movimientos. «Han elegido Belem y no Davos», destaca Mello. En el Foro, América Latina fue vista como un interesante lugar de cambio, con numerosos gobiernos progresistas fuertemente vinculados a los movimientos sociales.

También gran expectativa despertó por primera vez un presidente estadounidense, Barack Obama. Este año de hecho los altermundialistas perdieron a su gran enemigo, su predecesor George W. Bush.

Los movimientos en Belem se ocuparon poco del Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) que reúne a presidentes y empresarios y al que se oponen, por considerar que son estos últimos quienes generaron la crisis.

El Foro transcurrió en su habitual desorganización, que los organizadores atribuyen tanto a la opción del propio Foro de que sean los centenares de movimientos los que se pongan de acuerdo y organicen sus eventos, como a la falta de recursos.

Pero muchos celebraron haber logrado sus objetivos, entre estos Arlene Clemeshae, del Movimiento Palestina para Todos, estimando que las ONGs del Foro atendió el llamdo de las organizaciones pro-palestinas para un boicot a Israel y un dí­a de solidaridad con los palestinos el 30 de marzo.

La Amazoní­a fue la otra gran protagonista de este foro celebrado en Belem, con una participación récord de cerca de 2.000 indí­genas de 120 etnias. La destrucción de la Amazoní­a representa todos los males del capitalismo, afirman los altermundialistas, y también es parte de una gran crisis global: alimentaria, energético-climática y financiera.

«La explotación y opresión global capitalista produce el calentamiento global que nos lleva al suicidio planetario», declararon los indí­genas en el mayor evento antiglobalización neoliberal.

Los pueblos indí­genas convocaron a una jornada «en defensa de la madre tierra» y sus Pueblos y denunciaron el avance de la frontera agrí­cola y agropecuaria y las invasiones de mineradoras y madereras, que cada año provoca la devastación de miles de km2 de selva.

El Foro terminó con un acto en el que diferentes grupos de movimientos y sindicatos, distribuidos por áreas de interés, leyeron sus conclusiones, compromisos y agenda de movilizaciones.