El Fiscal de los precedentes


Se viene una férrea batalla que deberá  librar la sociedad en cuanto a la elección del Fiscal General de la República. Las fuerzas del mal ya se reúnen para fraguar la estrategia y asegurar que la impunidad siga por unos años más.

Pedro Pablo Marroquí­n Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

Ayer en una reunión con grupos Pro Justicia, pero sobre todo Pro Paí­s, se lanzaba la pregunta de qué fiscal querí­amos y se debatió al respecto y en la noche, platicando con un gran amigo, al que admiro y respeto más, me decí­a que tener el fiscal perfecto es imposible.

Y cuando uno se da cuenta que la elección de un buen fiscal es sólo un paso, pero no toda la solución para la crisis de justicia que vive el paí­s, creo que es momento de apostarle a un Fiscal General que esté dispuesto a asumir el mando, con recursos limitados y un MP copado de las estructuras criminales y corruptas, pero decidido a sentar precedentes que hagan pensar a la gente dos veces antes de actuar.

Un estado tan Fallido como el nuestro, con el perdón del Presidente de la Corte, no tiene la capacidad de perseguir  y juzgar todos los delitos y actos ilí­citos que se comenten en el paí­s. Pero sí­ es importante que seamos inteligentes y le apostemos a la persecución penal de casos que resulten paradigmáticos para Guatemala. Debemos generar la sensación que, a pesar que el poder punitivo del Estado no le puede llegar a todos por la forma en que se la ha minado su capacidad desde un inicio, a quien le toque la puerta no tendrá escapatoria.

Debemos revertir la sensación que los pí­caros se salen con la suya. ¿Cuántos polí­ticos corruptos caminan tranquilamente por las calles y hasta son aplaudidos o socialmente aceptados? ¿Cuántos banqueros que han defraudado a sus cuentahabientes viven nada más con el remordimiento de su conciencia, si es que tienen? ¿Cuántos sicarios alimentan a su familia a costa del dolor de otras tantas? Así­ pudiera enumerar infinidad de ejemplos.

A todos por igual, pero sobre todo estos tipos de conducta y los sujetos que las llevan a cabo, se le debe mandar un mensaje alto y claro: YA BASTA y quienes deben asumir ese papel es el Fiscal y nosotros como sociedad.

 

Claro que para ello se necesitan herramientas porque en la investigación que pueda realizar el Fiscal no está todo, necesitamos jueces comprometidos con la causa y para ello el discurso y actuar de las actuales autoridades de la Corte debe cambiar. Sin ello no hay futuro para el paí­s.

Los candidatos a Fiscal General, al presentar sus expedientes dirán que están comprometidos con la causa y harán hasta lo imposible por lograr los cambios que se necesitan, pero a la vez deben entender que hoy el Fiscal General es un buen hombre y jurí­dicamente capaz, que deja trabajar a la CICIG, pero que no manda.

El que llegué y experimente las mismas trabas internas que el Fiscal actual, no debe limitarse a terminar su periodo haciendo «lo mejor que pueda», sino que debe ser capaz de reconocer que no lo dejan trabajar, renunciar y desnudar la forma en que está copado el MP.

Debemos entender que este Fiscal de los precedentes que pretendemos se elija, deberá recoger la estafeta que dejará la CICIG y ese es un tacuche difí­cil de llenar. Considero que la primera parte de esta titánica tarea es lograr que elijan a un buen fiscal, pero allí­ no termina todo. Al contrario, si logramos eso, el camino se pondrá cien veces más duro, porque las estructuras criminales intentarán copar el Consejo del Ministerio Público, tal y como ocurre ahora. El futuro está en nuestras manos.