En Estados Unidos el candidato demócrata Barack Obama ha renunciado al financiamiento público para su campaña. Este mecanismo fue creado para limitar el financiamiento preferencial de compañías privadas o individuos particulares. Esto se debe, principalmente, a que Obama ha conseguido una cantidad importante de fondos por medio de sus simpatizantes en Internet. En Guatemala, se discuten las reformas a la Ley Electoral, entre las cuales sobresale este tema. En los últimos procesos electorales ha sido evidente el predominio del gran capital, que determina las posibilidades de los principales candidatos. Es positivo contar con un financiamiento limpio y libre de todo tipo de clientelismos o prebendas. Por eso, sería conveniente que el Estado asuma el financiamiento de las campañas de los partidos hasta en un 70% y con ello no solamente se limitaría la influencia excesiva del gran capital corporativo, sino se impediría también la penetración del capital proveniente de actividades ilegales, así como se establecería un techo máximo de gastos de campaña. Y también sería conveniente que se establecieran mecanismos para que el resto de afiliados y simpatizantes puedan aportar a sus partidos según sus posibilidades, lo que ayudaría a democratizarlos.