El fin del mundo


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Vengo oyendo especulaciones del fin del mundo desde que tengo memoria. Terremotos, tornados, remolinos, inundaciones entre tantos vaticinios del cambio de era. Es posible que con ello se esté anunciando, ya que el planeta ha tenido diversas facetas y ha habido cataclismos que han provocado cambios climáticos, cambios en la vegetación y en la fauna.

Dra. Ana Cristina Morales


Sin embargo, muchas de las tragedias surgidas  para la gente hasta el momento, han sido  también secundarias a la pobreza y no  podemos culpar a la naturaleza del todo. Tal vez lo más interesante de considerar será ¿nos encontramos ante el fin del mundo, o ante el fin de lo humanitario?

Algunas personas se toman muy a pecho estos augurios, ante todo,  las personas que cursan con desórdenes de ansiedad. Ya que es parte de ellos el poseer profecías negativas ante los acontecimientos de vida.  Pensando y esperando a lo mejor,  lo peor.

En ocasiones también he conocido a personas que se encuentran preparándose  ante dicho acontecimiento. De tal manera, que acumulan granos y artículos de primera necesidad. En una ocasión una familia compró un quintal de papas para tal acontecimiento.  Pero el fin del mundo no llegó cuando el pastor de su iglesia lo predijo, entonces… fui convidada a comer paches quezaltecos con la finalidad  de darle una utilidad próxima a tanta papa.

Me recuerdo a una señora que me contaba que cada vez que iba a la iglesia se encontraba con que el líder de su iglesia le daba por mencionar el fin del mundo.  A lo cual ella respondía con una crisis obsesiva compulsiva, enjuiciándose a ella misma y creyendo que al momento del juicio final ella podría terminar en el infierno.  Sus días eran muy duros, su ansiedad desbordante e incapacitante.  Cuando al fin ella se mejoró, inconcebiblemente los sermones de éste cambiaron y ya no fueron elocuentes en ese tema.

El recién terremoto acaecido en Guatemala afectó a la gente pobre, fue destructivo por las malas condiciones de vivienda, ya que con otras, no hubiese sido un percance de mayor magnitud. Así que las personas más vulnerables en este suceso fueron quienes se encontraban al margen inferior de la desigualdad social.

Me parece que existen muchas preguntas relacionadas a los sucesos acaecidos en los diversos desastres naturales en nuestro país y algunas de ellas pueden ser:

¿Qué ha sido de las personas que sufrieron inundaciones, deslaves y terremotos? ¿De qué manera se plantea la ayuda humanitaria? ¿Cuál es el  tiempo sugerente  para ayudar a la reconstrucción de la vida de esas personas?  Es decir, ¿Cuáles son los objetivos de ayuda a corto, mediano y largo plazo? ¿Es posible que solo se plantee necesario cubrir emergencias de traumas, de falta de abastecimiento de agua y víveres como únicas maneras de ayudar? y el después ¿Qué?… ¿Por qué se tiene que vislumbrar la posibilidad de actos corruptos  relacionados con el manejo de la ayuda humanitaria en nuestro país?
A lo mejor son muchas preguntas y tal vez se propongan más.  Para las cuales cada quien encontrará una mejor respuesta. Sin embargo, considero que el tema más importante a tratar no es si es el fin del mundo, si no que si estamos ante el fin de lo humanitario.  De todas maneras a todos nos llega el fin, el día en que morimos, porque la muerte algún día es para todos.