Guatemala, susceptible a las corrientes ideológicas del mundo, también tuvo su faceta feminista, la cual inició fuerte dentro de la literatura a finales de la década de los sesenta. El ejemplo clásico es la poesía de Ana María Rodas, pero también encontramos ejemplos en Luz Méndez de la Vega, Margarita Azurdia, Norma García Mainieri, Carmen Matute, Aída Toledo, por mencionar sólo a las iniciadoras. Por su parte, Centroamérica también ha aportado su caudal de poesía feminista, sobresaliendo el caso de la nicaragí¼ense Gioconda Belli. En honor de Beauvoir, a continuación se incluyen poemas feministas.
SER O TENER
Pienso.
Respiro.
Me muevo.
Como.
Defeco
y duermo.
Hago el amor
(léase fornico).
Insulto.
Sonrío.
A veces lloro
o doy un suspiro.
Conduzco mi automóvil.
Subo y bajo
el ascensor de mi piso.
Trabajo.
El cartero me trae
correspondencia
con mi nombre y apellidos.
Firmo cheques.
Me compro un pantalón
o un vestido.
Voy al cine o al teatro.
Bailo y río.
Doy conferencias.
Escribo.
De cuando en cuando
sale mi retrato
en las hojas de los diarios.
Hablo y me responden.
Me insultan.
¡Hasta me tratan con respeto!
Y me adjetivan
un título universitario
o artístico.
Pero… yo,
¿soy yo?
O tengo simplemente cosas
como este nombre y apellidos
y este cuerpo
que día a día
hago saltar de la cama
-a las ocho en punto-
lavo,
perfumo,
visto
y le doy cuerda…
(Luz Méndez de la Vega, 1919)
***
Despertar en el paraíso
pero sin Adán
sola yo
reina
única dueña de mi ser
como debería ser
para soñar
y crearme
una imagen diferente
de mi serpiente.
(Margarita Azurdia, 1931-1998)
***
Domingo 12 de septiembre, 1937
a las dos de la mañana: nací.
De ahí mis hábitos nocturnos
y el amor a los fines de semana.
Me clasificaron: ¿nena? rosadito.
Boté el rosa hace mucho tiempo
y escogí el color que más me gusta,
que son todos.
Me acompañan tres hijas y dos perros:
lo que me queda de dos matrimonios.
Estudié porque no había remedio
afortunadamente lo he olvidado casi todo.
Tengo hígado, estómago, dos ovarios,
una matriz, corazón y cerebro, más accesorios.
Todo funciona en orden, por lo tanto,
río, grito, insulto, lloro y hago el amor.
Y después lo cuento.
(Ana María Rodas, 1937)
***
EMERGIENDO
Soy mujer y siento
en mi cuerpo concentrada
la naturaleza,
junto a la planta,
el fuego, las cacerolas,
las máquinas y los libros,
dejando correr por mis pechos
el fluir de la vida,
sintiendo la llama que
brota de mis entrañas
y que me abrasa junto al
hombre para dar fruto
y placer,
trabajo, amo y sufro,
vivo y muero
relegada en un rincón,
padeciendo silenciosa indiferencia
o brutal pasión.
Estoy en la historia, pero no
en el lenguaje que la expresa.
¿Por qué mi voz no se ha escuchado?
De tímido susurro ahora es griterío,
si junto al hombre vivo y lucho
del oscuro recodo salgo a luz
debo ocupar el lugar que me ha
sido arrebatado.
(Norma García Mainieri, 1940-1998)
***
MUJER
Tatuada
con inscripciones misteriosas
que una mano de fuego
trazó por error
aquí estoy
yo, mujer,
que soy más cadáver que ninguno.
(Carmen Matute, 1944)
***
Tengo dos maneras de ser yo
la que en la cama
te mira y te come/
y la otra
la que te come y te mira/
en la cama
(naturalmente)
(Aída Toledo, 1952)
***
Y DIOS ME HIZO MUJER
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
(Gioconda Belli, 1948)