Desde su creación el 26 de julio de 1908, el FBI pasó de una pequeña decena de investigadores a más de 30 mil policías, elevado en un siglo a la categoría de leyenda mundial.
Los nombres de J. Edgar Hoover -el hombre que estuvo a cargo del FBI durante casi 50 años, sobre todo en la Segunda Guerra Mundial y el tumultuoso periodo del movimiento por los derechos civiles- y Elliot Ness, el agente que capturó al célebre gangster Al Capone, se volvieron famosos.
La policía federal estadounidense inspiró numerosas películas de Hollywood, como «Contra el imperio del crimen» («G-Men», 1935) con James Cagney y «El silencio de los inocentes» (1991) con Anthony Hopkins.
Pero la «oficina» de investigación debe también su reputación a su longevidad, su capacidad de evolucionar con el tiempo y a los casos que logró resolver con éxito.
El FBI fue creado por el secretario de Justicia estadounidense Charles Bonaparte, un miembro de una rama de la familia de Napoleón Bonaparte que se había instalado en Baltimore en Maryland (este) y que necesitaba detectives para investigar los crímenes federales para el Departamento de Justicia estadounidense, explicó el historiador del FBI John Fox.
«En sus primeros tiempos, la oficina tenía a cargo una veintena de tipos de casos, que iban desde investigaciones criminales federales hasta las responsabilidades vinculadas a la seguridad nacional», añadió.
«Con el tiempo, a medida que el Congreso decidía que una u otra cosa era una violación de la ley criminal federal, nuestra jurisdicción se agrandó. Y también ganó terreno con las crisis de seguridad nacional como las dos guerras mundiales», agregó el historiador.
El FBI comenzó a captar la imaginación de la gente en la década de 1930, cuando Estados Unidos se vio sacudido por una ola de crímenes provocados por los difíciles tiempos de la Gran Depresión.
«La oficina se volvió famosa por haber hecho caer a Dillinger y los personajes de su tipo», precisó John Fox.
Es durante el periodo de los famosos criminales John Dillinger y Machine Gun Kelly que los agentes del FBI comenzaron a ser llamados los «G-Men» (por Government Men, u hombres del gobierno), un sobrenombre todavía utilizado actualmente.
Pero fue la Segunda Guerra Mundial la que provocó el mayor aumento de los efectivos, ya que pasaron de unos cientos de agentes a casi 13 mil.
Desde entonces, su cantidad no aumentó demasiado pero la reputación del FBI se mantuvo buena, fundamentalmente gracias a sus éxitos y a las películas y series de televisión que inspiraron.
Entre ellos, el papel jugado por la policía federal en el arresto de miembros del Ku Klux Klan que habían matado a tres militantes de la lucha por los derechos civiles y en el cual se inspira directamente la película «Mississippi en llamas» (1989).
La lista de los diez sospechosos más buscados, instaurada en los años 1950, también es uno de sus éxitos. Más de 400 rostros han desfilado por esta lista, y el 95% de los fugitivos fueron arrestados, precisó Fox.
El hombre más buscado actualmente es el jefe de Al Qaeda, Osama bin Laden, que figura en la lista desde los atentados con bomba de 1998 contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania.
Su presencia en esta lista recuerda, como subrayó el Departamento de Justicia en 2005, la incapacidad del FBI de detectar el proyecto de los atentados del 11 de setiembre de 2001 y de impedir su ejecución. Su mayor fracaso hasta ahora.