La justicia sudafricana restableció hoy las acusaciones de corrupción contra Jacob Zuma, el líder del Congreso Nacional Africano (ANC), sembrando dudas sobre la conveniencia de que tenga acceso a la Presidencia tras las elecciones generales de este año.
La Corte Suprema de Bloemfontein (centro) anuló la decisión de un juez de Pietermaritzburg, que el 12 de septiembre invalidó por defecto de forma el proceso de Zuma por corrupción.
«El efecto legal de la sentencia es que Zuma sigue estando inculpado», la anulación de «las diligencias queda suspendida», explicó el portavoz de la fiscalía general, Tlali Tlali.
Las partes tienen que fijar ahora las próximas etapas de la reanudación del proceso, sobre todo el calendario de las audiencias, precisó, aunque hay pocas posibilidades de que el juicio llegué a término antes de las próximas elecciones, en una fecha por precisar del segundo trimestre de 2009.
Así, Jacob Zuma podrá seguramente acceder a la presidencia, ya que la Constitución se lo prohibe sólo a los convictos. El parlamento que surja de las elecciones generales, y que ha estado dominado por el ANC desde la caída del apartheid hace quince años, elige al presidente de la República.
«El ANC confirma su posición y reitera que la sentencia no afectará a su decisión: Zuma será el candidato a la presidencia de la ANC en las elecciones» reaccionó la formación gobernante.
«Es importante constatar que este dictamen no tiene nada que ver con la culpabilidad o la inocencia del presidente del ANC», agregó el partido.
La Corte Suprema criticó también al juez que anuló los cargos contra Zuma asegurando que se «extralimitó» en sus funciones al denunciar la existencia de «interferencias» políticas en el caso.
«Los jueces tienen derecho a tener opiniones sobre ciertos temas», prosiguió, «pero no tienen derecho a incluir sus opiniones políticas en sus sentencias».
«La sentencia estaba fuera de contexto» y constituía «un precedente peligroso», agregó la Corte, acusando al juez de no saber distinguir «entre acusaciones, hechos y sospechas».
El ANC usó la sentencia de Pietermaritzburg para forzar la dimisión del entonces presidente Thabo Mbeki –enemigo de Zuma– a finales de septiembre.
Tras su salida de la jefatura de Estado, los partidarios de Mbeki abandonaron el ANC y crearon el Congreso del Pueblo (COPE).
Se sospecha que Jacob Zuma aceptó sobornos de la filial sudafricana de la empresa de armamento francesa Thales cuando era vicepresidente del país (1999-2005).
En diciembre de 2007, justo después de arrebatar la presidencia del ANC a Mbeki, fue acusado formalmente de corrupción, extorsión y fraude fiscal, lo que llevó a sus partidarios a denunciar un complot.