Desde hace muchos años los guatemaltecos sabemos que hay diferentes maneras de hacer favores, algunos se hacen de forma positiva y otros mejor no se hicieran. Se cuenta la anécdota de una señora de mucha edad, en la Antigua Guatemala, que se dirigía muy temprano a misa y que escuchó un gran alboroto, la gente corría y gritaba porque un toro bravo se había escapado y andaba alocado en las calles de la ciudad. Ante esta circunstancia, la anciana dama pedía que por favor la ayudaran a subirse a un balcón, de repente el toro enloquecido la embistió y de un cornazo entre las piernas la elevó y ella se agarró a lo más alto del balcón, exclamando ¡hay esta gente, hace un favor pero lo hace de forma tan grosera!
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El Secretario General de la Organización de Estados Americanos, OEA, José Miguel Insulza y la organización que él preside, están haciéndole «el favor del toro» a Guatemala al haber convencido al gobierno actual de firmar, el 9 de diciembre, un acuerdo «en el que se comprometen a llevar a la Corte Internacional de Justicia el diferendo territorial con Belice, para que ésta resuelva si procede otorgarle a Guatemala territorio continental, insular o cualquier área marítima de las que Belice detenta» como consecuencia de la usurpación del territorio de Guatemala que paulatinamente el Reino Unido se apropió, ampliando y reampliando el territorio que originalmente España le otorgó en concesión para cortar madera con la prohibición de establecer asentamientos de población permanente en el área de la concesión original.
La forma en que se encuentra redactada la pregunta es de por sí perjudicial a Guatemala. El compromiso que contiene el acuerdo de consulta popular es un jaque que coloca al pueblo de Guatemala en la obligación anticipada de aceptar lo que definitivamente la Corte Internacional de Justicia decida sobre el diferendo territorial.
Es injustificado que el gobierno actual haya firmado semejante acuerdo y evidencia que actualmente la cancillería está encabezada por cuatro personas de las cuales ninguna es un jurista, mucho menos un internacionalista. El canciller Roger Haroldo Rodas Melgar es economista, en los tres vicecancilleres encontramos a Miguel Angel Ibarra González, un administrador de empresas; Lars Henrik Pira Pérez es economista, y para completar el tercer vicecanciller, Alfredo Trinidad Velásquez es un arquitecto que se sabe colocar como lo ha demostrado en diferentes gobiernos y en el Parlacen, para su beneficio y nada más.
Lo señalado evidencia que la Cancillería se encuentra sumamente débil y seguramente por esa razón, tanto la OEA como Belice los han logrado encerrar colocando en ésta negativa posición a Guatemala, que así sólo tiene las de perder. Es tan evidente la posibilidad de un resultado negativo para nuestro país que el gobierno británico «bondadosamente» realizó un aporte de US $296,000 (aproximadamente Q2 millones 250 mil) a un fondo de la OEA para contribuir a financiar los gastos de Belice y Guatemala en el proceso de llevar el diferendo territorial a la Corte.
El haber firmado el 9 de diciembre el señalado acuerdo es sólo una nueva metida de pata que nos puede llevar casi seguramente a la perdida de la totalidad de nuestros derechos en la disputa con Belice.
Continuará.