El euro, que sumó la semana pasada dos nuevos adeptos, Chipre y Malta, retomó su carrera frente al billete verde y se acercó nuevamente a la barrera jamás superada de 1,50 dólares mientras se cierne la tormenta sobre la economía de Estados Unidos.
En este contexto, una mayoría de analistas pronostica un recorte de al menos 0,25% de las tasas de interés de la Reserva Federal estadounidense (Fed, banco central) a 4% el 30 de enero, así como un mantenimiento de las tasas del Banco Central Europeo (BCE) en 4% el jueves próximo.
El pronóstico de un nuevo recorte de las tasas estadounidenses perjudica a su vez aún más al billete verde en el mercado de cambios, pero es la herramienta esgrimida por Washington para intentar reactivar el crecimiento.
El euro se disparó como una flecha el viernes y alcanzó su máximo nivel en más de un mes frente a la divisa estadounidense al cotizarse a 1,4823 dólares tras la publicación de cifras sobre el desempleo en Estados Unidos, que subió a 5% en diciembre.
A las once de la mañana, el euro se cotizaba a 1.4784 dólares, contra 1.4746 dólares el jueves a las 16:00 (horas de Guatemala).
Esta nivel de desempleo es el más alto desde noviembre de 2005, cuando la economía sufría el paso del huracán Katrina, y reaviva los temores de una contracción de la economía estadounidense, sacudida por la crisis de los créditos hipotecarios de riesgo («subprime») desde el verano boreal.
«Se trata claramente de cifras decepcionantes», consideró Audrey Childe-Freeman, analista de CIBC.
La economía estadounidense sólo creó 18 mil empleos nuevos en diciembre, el ritmo de contrataciones más débil desde agosto de 2003, un año sombrío marcado por el comienzo de la guerra en Irak.
Los analistas esperaban 70 mil empleos nuevos, luego de los 115 mil creados en noviembre, y un incremento menor del desempleo, a 4,8%, contra 4,7% el mes anterior.
El empleo y el consumo son considerados los pulmones del crecimiento, por lo cual estas cifras probablemente aumenten las posibilidades de que la Fed reduzca nuevamente las tasas de interés en su próxima reunión, el 30 de enero.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revisó a la baja a comienzos de diciembre su previsión de crecimiento para Estados Unidos a 2%, contra 2,5% en mayo. Para la zona euro apuesta por un crecimiento de 1,9%, contra 2,3% en sus previsiones de mayo.
Otro indicador publicado el viernes fue la inflación en la Eurozona, que se mantuvo en 3,1% interanual en diciembre, sin cambios en relación al mes anterior, cuando alcanzó un máximo en seis años y medio, indicó una primera estimación de la oficina europea de estadísticas, Eurostat.
Los precios de la zona euro son impulsados al alza por la escalada de las cotizaciones del petróleo, que superaron la semana pasada la barrera psicológica de los 100 dólares el barril, un récord histórico, así como por el encarecimiento de los productos alimenticios.
La nueva cifra «no contribuye a calmar los temores del BCE», afirmó Jonathan Loynes, de Capital Economics.
El Banco Central Europeo (BCE) tiene como meta una inflación cercana al 2% pero por debajo de esta cifra en la Eurozona. Este límite fue superado en diciembre por cuarto mes consecutivo.
La combinación de una inflación muy alta y un crecimiento que se desinfla coloca al BCE en una posición muy incómoda. Un aumento de su tasa de interés directriz podría bajar la inflación pero dar un golpe adicional al crecimiento.
«La única concesión del BCE (…) será no aumentar sus tasas para luchar contra la inflación», anticipó David Brown, de Bear Stearns.
La mayoría de los economistas cree que el BCE terminará probablemente bajando sus tasas este año, pero sin apurarse. «No antes del segundo semestre», predijo Howard Archer, de Global Insight.
La Eurozona se vio fortalecida también la semana pasada con la entrada oficial de dos islas mediterráneas, Chipre y Malta, que se convirtieron en el 14º y 15º país en adoptar la divisa europea.
Audrey Childe-Freeman
analista de CIBC