El eterno retorno a la izquierda


Orí­genes. íngela Merkel (I), canciller de Alemania, posa junto al primer ministro chino Wen Jiabao. Los socialdemócratas alemanes están retornando a sus raí­ces, que los ubica un poco más a la izquierda ideológica. (XINHUA / La Hora)

El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), socio de la coalición de gobierno que apoya a la canciller Angela Merkel, se inclina hacia la izquierda para reconquistar a su electorado tradicional en un congreso crucial que comienza el viernes en Hamburgo, dos años antes de las elecciones legislativas federales.


El presidente del partido, Kurt Beck, decidió dar un giro resueltamente «social» que podrí­a poner término a corto plazo «al entendimiento cordial» entre la derecha y la izquierda en el ejecutivo de coalición formado hace dos años, mientras su partido es maltratado en las encuestas.

Unos 480 delegados de toda Alemania, reunidos en Hamburgo, un antiguo «bastión rojo», deberí­an aprobar este giro. La dirección ha tenido cuidado de acallar las voces discordantes antes de la apertura del congreso de tres dí­as, en la mitad del mandato del gobierno de la democristiana Merkel.

En octubre de 2005, socialdemócratas y democristianos (CDU/CSU) decidieron aplacar sus rivalidades y establecer una alianza para dirigir Alemania en los siguientes cuatro años. Desde entonces, el SPD no cesa de perder popularidad.

Esta inclinación a la izquierda se materializa a través de la propuesta de Kurt Beck de prolongar la indemnización por desempleo a los desocupados mayores de 50 años.

Este proyecto suscitó un vivo debate interno, ya que representa una modificación de las reformas de inspiración neoliberal emprendidas en 2003 por el canciller Gerhard Schrí¶der (1998-2005). Por otra parte, la CDU de Angela Merkel no está dispuesta a financiar esta ampliación de los subsidios.

La más impopular de esas medidas, la reducción de los subsidios a los desocupados de larga data, llevó a millares de manifestantes a las calles en 2004 y descontroló al electorado tradicional del SPD.

Hoy, dos facciones se enfrentan en el seno del más antiguo de los partidos socialistas europeos. Por un lado, los «reformistas», encabezados por el influyente vicecanciller y ministro de Trabajo, Franz Mí¼ntefering, que pregonan una continuación de las reformas del mercado laboral.

Por otro lado, los «tradicionalistas», liderados por Kurt Beck, que buscan reconquistar la base antes de las elecciones legislativas de 2009.

Fiel lugarteniente de Schrí¶der, Mí¼ntefering se opuso duramente a Beck por estimar que su propuesta pone en peligro la creación de empleo y vuelve a cuestionar el crecimiento económico. Pero finalmente tuvo que ceder.

Mí¼ntefering, que ha entablado una relación de confianza mutua con Angela Merkel, ha salido debilitado de esta crisis, lo que no es de buen augurio para la continuación de la acción gubernamental.

Sin embargo, la «gran coalición» no parece verse amenazada, porque ni los socialdemócratas ni los democristianos estarí­an en condiciones de obtener una mayorí­a clara en caso de elecciones anticipadas, según los sondeos.

Poco carismático, Kurt Beck busca por su parte consolidar su autoridad en el partido que dirige desde mayo de 2006. Beck quiere lograr también un retorno a las fuentes que hicieron del SPD el partido de la gente más humilde.

Se podrí­a decir que su formación pagó el precio de las dolorosas medidas de Schrí¶der. El SPD, que contaba con un millón de miembros a finales de la década de 1970, no tiene hoy más de 545.000 afiliados. Entre 1998 y 2007 perdió más de 200.000 partidarios.