El ICANN, el discreto organismo que administra internet y los nombres de dominios en la red, podría obtener esta semana un inicio de autonomía respecto a las autoridades estadounidenses.
Desde su creación en 1998 el ICANN (Internet corporation for assigned names and numbers), organización californiana sin fines de lucro, funciona en base a un acuerdo con la administración estadounidense de telecomunicaciones y de informática, dependiente del Departamento de Comercio.
Como ese acuerdo expira el miércoles, esta semana debe anunciarse un nuevo modelo, elaborado en conjunto por el ICANN y el Departamento de Comercio.
El fin del acuerdo ocurre en un momento especialmente crítico, con el organismo preparado para expandir la cantidad de dominios genéricos (gTLDs) como .com, .net y .org, una decisión controvertida que aumentaría fuertemente la cantidad de direcciones disponibles.
La influencia del ICANN se extiende a nivel mundial y sus decisiones se imponen en todos los Estados, como por ejemplo su prohibición de los nombres de dominio .xxx para los sitios pornográficos.
Para la comisaria europea encargada de esta área, Viviane Reding, este cambio debe ser la oportunidad de sacar a este organismo clave de la órbita del gobierno de Estados Unidos.
«No es defendible que sólo un ministerio de un país tenga la tutela de una función de internet usada por cientos de millones de personas en países de todo el mundo», indicó recientemente Reding.
Estados Unidos parece dispuesto a reducir su control sobre el ICANN, pero no del todo.
El presidente del organismo, Rod Beckstrom, ex director del Centro nacional de la ciberseguridad (NCSC) estadounidense, indicó la semana pasada en una carta al Congreso que el ICANN planea mantener «una relación formal de largo plazo con el gobierno de Estados Unidos».
Según el semanario The Economist, la renovación del estatuto del ICANN podría implicar la creación de comisiones de control integradas por representantes de varios países.
Estas comisiones analizarían cuatro sectores: la competencia entre dominios genéricos, la gestión de los datos sobre los administradores de dominios, la seguridad y la transparencia de las redes y finalmente la responsabilidad y la protección del interés común, el único sector en el cual Estados Unidos se beneficiaría de una representación permanente.
El nuevo estatuto no tendría vencimiento, según The Economist.
Thomas Lenard, presidente del Instituto de política tecnológica, centro de investigación con sede en Washington, teme que los cambios le den un mayor papel a los gobiernos, cuando «mucha gente quería intentar impedir que sea justamente una criatura de los gobiernos».
Steve DelBianco, director del colectivo NetChoice que agrupa asociaciones de comercio y grupos de comercio electrónico como eBay, Yahoo! o AOL, quiere creer que el acuerdo «refleja lo que pedía el público: mecanismos permanentes que permitan al ICANN rendir cuentas» de su accionar.