El Estado Palestino


Editorial_LH

La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas hizo ayer un acto de justicia al admitir como Estado Observador de la entidad a Palestina, lo que implica el reconocimiento de su estatuto como Estado. Y decimos que es un acto de justicia porque cuando la misma ONU dispuso la creación del Estado de Israel y lo asentó por decreto en el territorio palestino, creó un desequilibrio en esa región del mundo que ha sido motivo de conflicto permanente.


Guatemala, que en los albores de la ONU se lució siendo de los que apoyaron el acto de justicia que era la creación del Estado de Israel, no pudo mantener su trayectoria de apego a la justicia y el derecho porque a última hora decidió abstenerse para no molestar ni a Estados Unidos ni a los judíos. De una manera clara hay que decir que lo que se hizo con una mano hace casi setenta años, se borró con la otra en esta oportunidad porque no supimos ser consecuentes. El apoyo que se dio a Israel en aquella oportunidad era un acto de justicia que tenía que corresponderse ahora con hidalguía, valor y entereza porque pocos países tenían la solvencia moral y ética para apoyar al pueblo palestino como Guatemala debido a su comportamiento cuando el turno fue de los israelitas.

 Mientras no se reconociera como Estado a Palestina, era imposible que pudiera hablarse de un proceso de paz porque eran negociaciones entre un Estado, Israel, con una entidad amorfa porque la comunidad internacional, cediendo a las presiones israelitas y norteamericanas, se negaba a su reconocimiento pleno. Palestina no entró como miembro de pleno derecho a la Organización de Naciones Unidas porque para ello tiene que haber aprobación del Consejo de Seguridad y Estados Unidos vetaría cualquier resolución a favor de los palestinos. No digamos el voto en contra de países que carentes de independencia y dignidad, llegan al Consejo de Seguridad para ser comparsas de alguna de las grandes potencias, como ha demostrado tristemente nuestro país.
 
 Siempre hemos creído que la única opción de paz en el Cercano Oriente está en el respeto mutuo entre palestinos y judíos para convivir como lo hacen las naciones civilizadas. Pero ello era imposible a partir de la resistencia radical y empecinada de Israel al reconocimiento de Palestina como Estado con iguales derechos y obligaciones.
 
 La resolución de la ONU es un primer paso. Las cosas no cambiarán mágicamente, sobre todo porque Israel antepone la fuerza a la razón y no digamos a la justicia. Pero el abrumador respaldo que Palestina recibió en la Asamblea de la ONU aísla, de alguna manera, a la prepotencia judeo-norteamericana en el manejo de la crisis en esa región del mundo.

Minutero
No es el número de jueces
sino es el daño causado
que es enorme y con creces
con cada proceso amañado