La población guatemalteca ya está harta de conocer cada semana acerca de un nuevo escándalo de robo de bienes nacionales en las instituciones públicas denominadas Ministerios, Secretarías de Estado, Direcciones Generales, Congreso de la República, IGSS, Aeronáutica Civil; CDAG; Municipalidades; Fondos (para la paz, para la tierra y para tantas otras más que ni siquiera conocemos), Fideicomisos y ONG, todas ya no de dudosa reputación porque sabemos que no la tienen.
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La correcta y dura aplicación de la justicia está destinada sólo para los guatemaltecos desheredados; sensu contrario, los «empresarios» corruptos, asesinos y ladrones siempre siguen poniendo en práctica la compra de jueces y magistrados de todo nivel, a efecto de que les sea aplicada de la manera más benigna la ley comprada con dinero en dólares USA y euros, para no ser sentenciados por los horrendos crímenes que ordenan.
Esas prácticas inveteradas de impunidad para los ladrones y asesinos; consistentes en la creación de leyes y reglamentos hechos a la medida de la cantidad pagada; eso es lo que decepciona al ciudadano común, porque poco a poco se dio cuenta que la organización administrativa del Estado de Guatemala, no es para cumplir con lo establecido en sus primeros artículos, por el contrario, es una puerta abierta a la delincuencia común, a la delincuencia organizada y a la delincuencia estatal.
Causa ASCO y BASCA escuchar las declaraciones de los funcionarios públicos responsables de la seguridad nacional y sus voceros cantinflescos «pico de oro»; de los ministros mentirosos; de las contradicciones entre el Presidente y algunos de sus ministros; también causan asco y basca las diarias franjas adulatorias para el «tercer mejor alcalde del mundo y de las galaxias» cuando informan a la población que «todo está bajo control», que «el país tiene los mejores números estadísticos de su historia», que «prácticamente, no hay problemas», que en «Guatemala no hay desnutrición ni poblaciones en situación de hambre» y que el gasto público cada día es menor y que se está invirtiendo en beneficio de los desposeídos.
ASCO: «Alteración del estómago causada por la repugnancia que se tiene a alguna cosa que incita a vómito. En sentido figurado: Impresión desagradable causada por alguna cosa que repugna». BASCA: «Ansia, desazón e inquietud que se experimenta en el estómago cuando se quiere vomitar». Las anteriores acepciones no me las inventé; se encuentran en el DRAE.
¿Cuál será el destino de la población guatemalteca que oscila de los 0 a los 15 años durante los próximos diez años? ¿Habrá para entonces gobernantes decentes, honestos y correctos que con su ejemplo personal sean guías de la sociedad guatemalteca, en el plano ético, moral y espiritual? ¿O los adalides seguirán siendo ladrones y mentirosos al servicio de la oligarquía y al nuevo poder real: el narcotráfico?