Llevamos rato de estar pensando lo mismo, nuestra administración pública en general sigue siendo un desastre porque nuestros políticos llegan al poder sin saber ni jota de cómo hacer funcionar la enorme, costosa y cada vez más entrampada burocracia. No, no estoy quejándome. Tampoco me estoy lamentando por el simple deseo de hacerlo, sino escribo sobre el tema en el afán de hacer conciencia en la población para que termine de despertar y que aporte todos sus esfuerzos para que se corrija lo más pronto posible la terrible situación que seguimos viviendo.
fracaceres@lahora.com.gt
Lea, vea o escuche cualquier medio de comunicación social del país, estimado lector, y podrá comprobar que una y mil veces más se repite a diario la misma cantaleta. Para citar solo algunos ejemplos, un día de estos tomé dos que tres matutinos, de donde extracté las siguientes noticias: RENAP pide que cese la vigencia de la cédula de vecindad, pero no hay modo que la gente deje de quejarse del pésimo servicio que siguen prestando; la recaudación tributaria es menor en más de Un mil 295 millones de quetzales al 30 de abril del año en curso, porque prepararon y aprobaron el presupuesto con abandono total de la técnica y sin seguir el debido y correcto proceso; el Transurbano es ya una completa calamidad y ningún funcionario público se hace cargo de enderezar su servicio; el Congreso está por terminar el período ordinario de sesiones y ¿habrá hecho algo positivo, como de beneficio para el país y su población? Para terminar este sencillo relato: ¿acaso será pronta y cumplida nuestra justicia?
Si lo anterior no fuera suficiente, el actual gobierno acaba de emprender fuerte ofensiva para obtener recursos financieros a costa de endeudar más al país, pues el tantas veces mencionado Petrocaribe no es otra cosa más que comprarle a Venezuela combustibles a precio de mercado, pagando un enganche y el resto en tres pagos, con el clásico estilo chapín (tarde, mal y nunca). ¿Y qué decir del reclamo constante de la población porque el Ministerio de Desarrollo Social siga igual que antes, empleando el mismo sistema clientelar y dejando de atender a miles de gentes que necesitan del apoyo del Estado para no seguirse muriendo de hambre? Las poblaciones de San Marcos y Quetzaltenango, igualitas que al día siguiente del terremoto, esperando que las autoridades cumplan con sus promesas. Además, ¿cuántas dependencias siguen incumpliendo o evadiendo la Ley de Compras y Contrataciones como el clavo de comprar 600 mil pasaportes sin licitación?
Por otro lado, además de la incontenible delincuencia común, el crimen organizado adentro de las mismas filas de la PNC siguen cometiendo exacciones ilegales a los conductores de vehículos; como que el robo de vehículos o el de los teléfonos celulares continúa por mayor, revendiéndolos después en plena vía pública. ¿Será que la Prensa exagera, miente o tergiversa las cosas?