Motivados, aguerridos y muy peligrosos, los veteranos de Irak, combatientes de la «guerra santa» islamista serán la pesadilla de la seguridad de numerosos países, mucho más de lo que fueron sus precursores de la guerrilla antisoviética en Afganistán de los años 80.
La perspectiva de tener un soldado estadounidense en la mira de su fusil atrajo en los últimos años a voluntarios islamistas de numerosos países no sólo árabes. Desde hace unos meses, el flujo parece haberse desviado hacia otros frentes, según los expertos.
En el Líbano, en el campo palestino de Nahr al-Bared cercado y bombardeado desde el 20 de mayo por el ejército libanés, pero también en Jordania o en Arabia Saudita, los combatientes islamistas llegados de Irak ya fueron detectados, detenidos o muertos. Pero numerosos analistas temen que sólo podrían ser una vanguardia.
«Lo que ocurre actualmente (en Nahr al-Bared) forma parte de este fenómeno», explicó el analista militar libanés Elias Hanna.
«Hay entre ellos combatientes aguerridos llegados de Irak, aún cuando nadie puede dar una cifra exacta, en Nahr al-Bared o en otros lugares», agregó este general libanés en retiro.
«Se trata de una nueva raza de yihadistas (combatientes de la guerra santa), más endurecidos, mejor entrenados, más determinados a combatir hasta la muerte (…) Para enfrentarlos, habrá que emplear nuevos métodos, nuevas herramientas, combatientes especializados».
En una reciente entrevista, el general Achraf Rifi, jefe de las Fuerzas de Seguridad Interior (FSI) libanesas había estimado que «quien piense no poder ser afectado por este fenómeno está metiendo la cabeza bajo tierra».
Para el investigador francés Bernard Rougier, especialista del islamismo yihadista en el Líbano, la «gran diferencia con Afganistán, es que en Peshawar los voluntarios árabes sólo figuraban, o daban apoyo logístico a la resistencia afgana. En Irak, la mayoría de ellos muere, pero los que sobreviven son mucho más peligrosos».
El especialista manifestó su temor de que los combates entre los islamistas del Fatah al-Islam y las tropas libanesas, que ya han provocado 108 muertos, podría radicalizar a otros voluntarios.
«Siempre que hay violencia yihadista al enfrentarse con el ejército, esto provoca la constitución de un mito. Cada acontecimiento tiene su propia mitología. Así nacen vocaciones y compromisos en la región, lo que refuerza a los que desean que el Líbano se convierta en una zona de yihad (guerra santa)».
Por el momento nadie se atreve a dar una estimación precisa del número de estos veteranos de la «yihad» contra Estados Unidos en Irak que están dispuestos a repartirse por el Medio Oriente o en otros lugares.
Pero el opositor saudita Mohammed al-Massari, que anima un foro allegado a las tesis yihadistas Tajdeed.net, confiaba recientemente al New York Times: «Hay actualmente 50 veteranos de Irak en el Líbano, pero estoy seguro de que hay cien veces más, 5.000 o más, que esperan el momento propicio para pasar a la acción».
«Un flujo de combatientes va y viene (de Irak) «y el combate se propagará por todas partes hasta que Estados Unidos ceda».
Las derrotas que sufren en algunas provincias iraquíes podrían hacer también que los yihadistas anti-occidentales se dirijan a otras zonas de operaciones, estimó el general Hanna.
Elias Hanna, analista militar libanés.