Hablado por entre 400 y 600 millones de personas en el mundo, ¿el castellano podría estar amenazado en su propio territorio por el auge de las lenguas regionales? Esto es lo que afirman eminentes intelectuales que han suscrito un polémico «manifiesto» en defensa del idioma oficial español.
Señales orientativas en vasco sin traducción, educación escolar en catalán que prácticamente deja de lado al castellano, proyecto de «policía» para que se respete la lengua regional en las islas Baleares: escritores e intelectuales españoles han decidido hablar para defender su lengua, la de Cervantes y la única «común de todos los ciudadanos españoles».
«Desde hace algunos años hay crecientes razones para preocuparse en nuestro país por la situación institucional de la lengua castellana», escriben el filósofo español Fernando Savater, el escritor peruano Mario Vargas Llosa y una veintena más de intelectuales.
Ese «manifiesto por la lengua común» se convirtió rápidamente en una petición para apoyar al castellano frente al catalán, el vasco y el gallego, que cada vez se están convirtiendo más en la lengua oficial exclusiva en sus regiones.
La iniciativa, a la que se ha unido el diario liberal El Mundo, ha logrado la adhesión de unas 135 mil personas, entre ellas algunas personalidades como la diva de la ópera, la catalana Montserrat Caballé, y el capitán de la selección española de fútbol, Iker Casillas.
Reclaman una afirmación más clara de la primacía del castellano sobre el catalán, el vasco y el gallego, que son «lenguas cooficiales» en sus regiones, estableciendo el derecho de todos a estudiar en castellano y prohibiendo que las señales y documentos oficiales estén escritos sólo en las lenguas regionales.
La iniciativa -una idea de Savater, conocido por sus posiciones antirregionalistas- ha levantado cierta polémica.
«Jamás me he sentido nacionalista español y me siento a gusto con las singularidades de nuestros territorios», se justificó uno de los primeros firmantes del manifiesto, Pedro Gonzalez-Trevijano, rector de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Los profesionales del turismo han aplaudido la medida. «La diversidad lingí¼ística regional plantea problemas tanto para los turistas españoles que sólo hablan castellano, como para los extranjeros», se queja Juan Andrés Melián, presidente de una asociación de grandes empresas del sector.
En el País Vasco se ha creado una «Plataforma por la libertad de elección lingí¼ística» para luchar contra la voluntad del gobierno regional nacionalista de eliminar los centros de enseñanza en castellano y bilingí¼es castellano/vasco para dejar sólo los centros vascos con sólo tres horas de castellano por semana.
«No se reconoce el derecho de los padres a escoger una enseñanza íntegramente en castellano», critica una miembro de la Plataforma, Susana Marques.
«No es contra el castellano, es para potenciar la parte más débil», el vasco, mientras el español será siempre la «lengua dominante», rebate por su parte Jon Asla, del departamento vasco de Educación.
Un modelo similar está en vigor en Cataluña desde hace más de 20 años, con una enseñanza exclusivamente en catalán, con tres horas reglamentarias de castellano.
Todos los estudios muestran que el nivel de castellano de los alumnos catalanes es igual e incluso superior al de otras regiones, subraya una representante del departamento español de Educación.
«La diversidad lingí¼ística es más una riqueza que una tara» y es normal que los gobiernos regionales den un impulso a su lengua tras años de prohibición bajo la dictadura franquista (1939-75), concluye.