EL ENTE MILITAR FORTALECIDO Y EL ASTA DEL PERDí“N


Yo no soy ni poeta ni periodista, soy un hombre del pueblo que sólo sabe decir una verdad, que el pueblo se está muriendo de hambre y es falso que estemos bien por herencia que defendieron los soldados de los gobiernos pasados, donde se gestaron conflictos armados por mediocres ideologí­as, donde cayeron muchos militantes de uno y otro bando.

Jesús Alvizures / A-1-606839

 


Yo no estoy en contra de estos mercenarios que se dieron de ambos lados, estoy del lado de la Justicia que, hoy por hoy, ha alcanzado un alto grado de credibilidad con la Fiscal General del MP, licenciada CLAUDIA PAZ Y PAZ, quien ha demostrado que para aplicar la Ley no hacen falta pantalones.

Y en referencia a esa lucha estéril, hemos arrastrado muchos sinsabores de quienes en un acto suicida trataron de imponerse a todo con las armas en la mano y arriaron con lo que encontraron a su paso. Hay una historia que todo lo registra, y bueno serí­a que el pueblo, en la marcha que no se detiene, se enterara de lo que en los tiempos ha acontecido.

Se habla de libertad, alimentos y salud gracias a los militares, pero de aquellos que con sentido humanista vieron más allá del poder a sus gobernados. Y no de los que se llenaron de prepotencia para gobernar y oprimir al pueblo; y que no se hable de que estamos en bonanza, porque ahora LA CANASTA BíSICA está por las nubes y no hay seguridad, mucho menos salud, puesto que los hospitales están cerrando debido a que no hay cómo darles mantenimiento, sencillamente porque los que han llegado al poder solo han buscado su acomodo y no el de las grandes mayorí­as.

Todos han buscado salir con cuentas bancarias elevadas y el maltratado pueblo que siga tributando para poder ir pagando los préstamos millonarios con los cuales se deja al guatemalteco con la soga al cuello.

En el ambiente se vive con una luz de esperanza, a la expectativa de la toma de posesión del general OTTO Pí‰REZ MOLINA, pues hay el convencimiento que él erradicará la violencia, el hambre y la pobreza, males que como un cáncer se han extendido a lo largo y ancho de esta Nación, que busca un mañana donde brille el espléndido sol de la hermandad. Naturalmente que esta será una ardua lucha para obtener los fondos necesarios. La tranquilidad y bonanza de un pueblo no se consigue con cascaritas de huevo, más cuando estas otros se las han llevado.

Los entes civiles y militares encargados de la seguridad de los ciudadanos deben estar severamente controlados, para no dar paso a gestar entre sus filas delincuentes que operen a la sombra del poder; el Presidente tiene un reto qué cumplir y debe ver más allá de la cabeza de quienes le rodean.

Y para finalizar este artí­culo, sabemos que los Acuerdos de Paz fueron para borrón y cuenta nueva y son aplicables a los bandos que se enfrascaron en destruir los ideales genuinos del pueblo: Paz, Amor, Trabajo, Salud, Seguridad y combate de la pobreza, y como un mandato celestial no se debe seguir destruyendo la fe de los humanos; debemos olvidar agravios y tomar el asta del  perdón.