El empeño de joyas, recurso ante la crisis


La crisis financiera global ha provocado que algunos piensen en empeñar sus joyas, un fenómeno que está creciendo en España. FOTO LA HORA: archivo

«Tus bienes te arreglan tus males», es lo que se dice Adoración Gómez, una viuda jubilada acostumbrada a empeñar joyas para poder sobrevivir, recurso que junto con la compra-venta de productos de segunda mano se ha incrementado en España con la crisis.


«Cuando no te queda más remedio, se echa mano de todo lo que tienes», se resigna Mercedes, madre de familia de unos 50 años golpeada por la crisis, que tuvo que empeñar sus joyas y ahora no puede recuperarlas.

«He esperado hasta el último momento para ver si podí­a sacarlas, pero (el importe) no lo tengo», explica, con rostro preocupado, al salir del monte de piedad de Caja Madrid del casco histórico de la capital, el más antiguo de España, donde ha pagado 200 euros de intereses por un préstamo de 1.390 euros.

Su negocio de venta de ropa en un mercado de las afueras de Madrid ha caí­do «tres cuartas partes», lo que la ha llevado a poner en venta su casa, en la que vive con su marido y tres hijos, por no poder pagar el incremento de la hipoteca, que en el último año aumentó casi 400 euros.

Las dificultades económicas que acarrean la evaporación del crecimiento económico (del 3,7% en 2007 a casi nulo el año pasado), la pérdida preocupante de empleos (de 1,7 millones de personas en el segundo trimestre de 2007 a casi 3 millones ahora) y el incremento de las hipotecas de las viviendas han llevado a que se incremente el recurso al empeño para poder llegar a fin de mes.

En la primera mitad del año pasado, los 21 montes de piedad españoles han concedido 134.923 préstamos, un 11,6% más que en el mismo perí­odo del año pasado.

Y su valor total, más de 188 millones de euros, es casi un 14% mayor que en el primer semestre de 2007, según datos de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA).

Esta práctica, que nació en el siglo XV en Italia, estaba en declive desde los años 60: desde entonces ha experimentado una «tendencia paulatina, muy suave pero siempre a la baja», que «ha ido repuntando», declaró a la AFP Javier íšbeda, jefe de Obra Social y Montes de Piedad de la CECA.

«Han ido incrementándose poco a poco las cifras del monte de piedad hasta que el año pasado, probablemente por efecto de la crisis, ha crecido con más evidencia», explicó.

El importe medio de los préstamos fue de 447 euros en 2007, año en que un 20% de la clientela era extranjera. «La inmigración en España procedente de Iberoamérica y del norte de Africa (…) conoce ya la institución», precisa.

«En un perí­odo en que la financiación es más complicada, el endeudamiento familiar ha crecido mucho y mucha gente ha quedado en el paro, la gente tiene más apuros y acude más», explicó.

La CECA registra sobre todo más renovaciones de los empeños. «La gente, en vez de rescatar el objeto, renueva» el préstamo.

En parecida situación que Mercedes se encuentra Adolfo Izquierdo, de 52 años, importador autónomo de objetos de decoración que viene a empeñar unas joyas, pero que además tiene que pedir un crédito al banco: «Esto no se puede soportar»: «me cambio de casa», «no me queda más remedio», lamenta.

La compra y venta de objetos de segunda mano también «ha subido muchí­simo en los últimos meses», según el encargado, que no da cifras, de una de las tiendas de la cadena Cash Converters en Madrid –con 45 en España, ocho de ellas abiertas en los dos últimos años–, situada en el barrio popular de Delicias.

«El trabajo está muy mal y hay que deshacerse de algunas cosas». Javier Vera, ecuatoriano de 38 años, trabajador de la construcción sin trabajo desde hace un mes y medio, viene a vender la bicicleta de su hijo para poder hacer frente, por ejemplo, al incremento de su hipoteca, que subió de 970 a casi 1.600 euros.

Nancy Zambrano, ecuatoriana de 56 años, viene a buscar una cocina y una nevera para su nueva casa de alquiler, más barata y pequeña, a la que ha tenido que cambiarse con sus dos hijos al quedarse sin trabajo ella y su hija.

«Sacas un dinerillo y te quitas de algo», comenta Joanny Garcí­a, dominicana, de 30 años, que acaba de vender una impresora y una radio y que para recortar gastos se va a vivir con su hermana, que por ahora no trabaja.

«He esperado hasta el último momento para ver si podí­a sacarlas, pero (el importe) no lo tengo».

Mercedes

madre de familia que empeñó una joya valiosa.