El Elefante y el Dragón (Parte 2 de 3)


En los últimos 12 meses los Gobiernos de la República Popular de China y de la India han sostenido más de 20 encuentros al más alto nivel para avanzar en el afianzamiento de sus relaciones fronterizas, comerciales y polí­ticas, aun mejor, han revisado convenios de intercambio tecnológico y han reafirmado el liderazgo de ambas en el contexto asiático y su incidencia en Europa y América; ambas naciones conocen su peso especifico y por ello están tratando de trabajar en mutuo acuerdo para con ello resolver las diferencias naturales que los separan y reforzar las que los unen.

Lic. Carlos Escobedo

China e India comparten una frontera de poco más de dos mil 300 km; el 37% de la población mundial viven en estos dos Estados (mil 395 millones según estimados para el 2025 en India y mil 441 millones en China, Estados Unidos se posicionará en un 3er. lugar); la sed desmedida de energí­a (una dependencia de energí­a externa del 70% entre ambas -petróleo y gas- con un estimado para 2025 de una dependencia de un 85%) merecen una especial atención mundial.

Al analizar a estos colosos con «pies de barro» para sus detractores, no debe soslayarse del análisis los indicadores de la pobreza, la cual según un informe de la Unión Europea continúa estando muy extendida y en donde las desigualdades socioeconómicas son gigantescas.

En momentos en los cuales se evidencia un freno al impulso económico mundial ocasionado por la desaceleración del consumo en los Estados Unidos, China e India por separado y en conjunto conocen de su responsabilidad y en cualquier momento a partir de ahora pueden asumir la conducción de los destinos de la economí­a mundial, obviamente para que ello se dé, se deben sumar otras condicionantes o elementos que permitirán ese traslado paulatino de poder hegemónico.

A mi entender algunos de los elementos que habrá que tener en consideración son los siguientes: afianzamiento interno del propio sistema polí­tico (estabilidad y garantí­as), para no llamarle democracia, en segundo lugar, un reforzamiento de la gobernabilidad que incluye: Transparencia y Derechos Humanos (no olvidemos el tema de las Castas y del aborto), en tercer lugar y muy particularmente en el caso de la India, tal y como lo mencione anteriormente, se deberán resolver los conflictos internos que ocasionan inestabilidad polí­tica y un clima de desasosiego para los inversionistas locales y extranjeros, avanzar en la solución del tema por Cachemira será vital.

Algunos analistas insisten en llamar a esta relación China – Hindú como la relación entre el Dragón y el Tigre, personalmente y para diferenciar mi análisis prefiero referirme a ella como la relación Dragón y Elefante, tomando a este ultimo animal más desde el análisis mí­stico y procurando no incurrir en el simple análisis del animal sigiloso y poderoso, esto no implica pensar a la India como más lenta y pesada, sino todo lo contrario como más robusta pero al mismo tiempo más compleja.

Para mí­, como analista, resulta menos complejo y mucho más sencillo conocer y reconocer a China en el proceso paulatino de «occidentalización» sin perder sus raí­ces que a la India en su proceso bajo el protectorado inglés, su proceso de independencia, las ideas pacifistas de Gandhi y la visión progresista de Nehru. A India hay que entenderla desde la compleja visión económica, polí­tica, étnica, social y religiosa. A China en todo caso desde la visión del sistema polí­tico de un partido único, ésta es una diferencia importante.

Aplaudo la idea de una Misión Diplomática en Nueva Delhi, aplaudo la idea un conocimiento más profundo de la India. El reto que se nos viene es muy grande y para ello nuestros estrategas y diplomáticos deberán definir una polí­tica exterior muy peculiar en nuestro relacionamiento con la India. Modestamente espero que esta serie de artí­culos pueda arrojar alguna luz que enriquezca el análisis serio y la discusión interna.

Politólogo con Orientación en Relaciones Internacionales y estudios de Post Grado en Derecho Internacional y Polí­tica.