URNG, Asociación Naleb, la bancada oficial y la CGTG coinciden que en pleno siglo XXI las fuerzas armadas deben estar subordinadas al Organismo Ejecutivo.
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Héctor Nuila, secretario general de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), remarcó que la tendencia histórica negativa de los ejércitos en Centroamérica no desaparece, «como espada de Damocles está clavada sobre la ciudadanía», dijo al referirse al asalto militar sufrido por el presidente Zelaya en Honduras.
Según Nuila, el ejército hondureño se caracteriza por ser el más apátrida de la región, producto de una alianza oligárquico-militar que pretende una vez más desde el intervencionismo militar, entorpecer los procesos de democratización de los países centroamericanos.
SINDICALISMO
La Central General de Trabajadores de Guatemala (CGTG) emitió boletín desde el que demandan el retorno de los ejércitos a sus cuarteles, principalmente en Honduras, porque con esa fuerza en las calles peligra la organización sindical y los derechos conquistados.
Haciendo llamado al rescate de la democracia, el rechazo y la condena por la actitud de hecho ejercida por los militares, enviaron su solidaridad al sindicalismo hondureño reunido en la CGT, CTH Y CUT, que ahora están en riesgo de que sean agredidos por la fuerza bruta que domina después del golpe de Estado.
No se puede retroceder todo lo que se ha logrado con esfuerzos y con madurez política, hay que respetar la institucionalidad, subrayó Roberto Késtler, jefe del bloque oficial, quien agregó «Ese es el peligro, darles un espacio de poder por el hecho de tener las armas y que estén al servicio de intereses de una minoría»
El caso de Honduras merece pronunciamiento y sanción ejemplar de parte de la Organización de Naciones Unidas, dijeron.