Estados Unidos no debería «dar por sentado» que se mantendrá el papel actual del dólar como la principal divisa de reserva internacional, ni incrementar los poderes de su banco central, advirtió ayer el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick.
«Estados Unidos cometería un error si da por sentado la posición del dólar como la principal divisa de reserva internacional», afirmó el estadounidense Zoellick, en un discurso que pronunció en la universidad John Hopkins de Washington. «Habrá cada vez más opciones al dólar», señaló.
El euro, el yuan y los Derechos Especiales de Giro (DEG, la unidad de contabilidad del Fondo Monetario Internacional) serían las principales alternativas, según el presidente del BM.
«Por supuesto, el dólar continuará siendo una divisa mayor. Pero el futuro del billete verde dependerá en gran parte de las opciones que tome Estados Unidos», subrayó Zoellick.
Entre esas opciones citó la necesidad de «resolver sus problemas de deuda sin provocar inflación», y «adoptar una desciplina a largo plazo sobre los gastos y el déficit presupuestario», así como «restablecer una capacidad sana del sector financiero para aportar innovación, liquidez y rendimientos, sin producir el mismo riesgo de grandes burbujas y de crisis».
«El valor del dólar dependerá también del grado de retorno que se logre a una economía con un sector privado dinámico e innovador», agregó.
Zoellick expresó su escepticismo sobre los planes de regulación financiera propuesta por la administración del presidente Barack Obama, que prevén un incremento del poder de control de la Reserva Federal sobre el sistema financiero.
Según el jefe de la institución multilateral, «El Congreso de Estados Unidos se sorprendió al descubrir la lentitud con la que la Reserva Federal crea fondos, compra activos, pone en práctica programas de intercambio mundial de divisas y hacer transacciones fuera del proceso habitual de extensión del presupuesto del Estado».
«En consecuencia, no debemos sorprendernos de que la democracia estadounidense dude en autorizar a la Fed a controlar los riesgos bancarios sistémicos además de su papel en la política monetaria, incrementando su poder», advirtió.
En cuanto a China, impulsor de la idea de terminar con el dólar como moneda de reserva, Zoellick dijo que el gigante asiático enfrenta incertidumbre pese a superar la crisis económica sin mayores problemas.
«El futuro de China todavía no está determinado», dijo, antes de subrayar que Pekín expandió el crédito para acelerar la recuperación.
Pero «este flujo está cediendo y las autoridades probablemente lo limitarán todavía más por temor a que afecte los precios de sus activos, su calidad y eventualmente también inflación generalizada».
Agregó que los líderes chinos reconocen los riesgos de seguir dependiendo de un crecimiento impulsado por las exportaciones, pero que «no será fácil para China cambiar hacia un apoyo en la demanda doméstica».
De acuerdo al jefe del BM el sector servicios protegido «limita las oportunidades para empresarios y los aumentos de productividad».
Estas declaraciones fueron formuladas previamente a la reunión internacional anual del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que se celebrará el mes próximo en Estambul, Turquía.