El doctor Humberto Flores Alvarado


Hace aproximadamente un mes falleció el antropólogo y sociólogo Humberto Flores Alvarado, su ausencia ha pasado casi desapercibida en los cí­rculos intelectuales en los que él aportó sus conocimientos, sus ideas siempre claras, aunque muchas veces rodeadas de aguda ironí­a.

Lic. Mario Aní­bal González
(Desde el municipio de San Mateo, Quetzaltenango)

Con el doctor Humberto Flores Alvarado me unió una amistad de más de cuarenta años, hicimos juntos diversos trabajos de carácter social. Mantuvimos con Humberto una amplia relación sobre temas polí­ticos, académicos, sociales, en la que participamos con Marco Antonio Villamar Contreras ( ), el doctor Carlos Gallardo Flores, Raúl Toscana, José íngel Cifuentes Vásquez y otros amigos, en discusiones muchas veces exaltadas, pero siempre respetuosas.

Humberto fue docente en la Universidad de San Carlos de Guatemala, en Quetzaltenango, en universidades privadas, en las universidades nacionales de Honduras y El Salvador.

Fue un antropólogo y sociólogo que hizo aportes a estas ciencias, intervino en múltiples eventos nacionales e internacionales, haciendo contribuciones sobre temas como las clases sociales en Guatemala, las migraciones internas, el derecho consuetudinario, la proletarización del campesino de Guatemala, sobre interpretación y seguimiento de los Acuerdos de Paz, sobre los movimientos indí­genas, sobre la cuestión étnica, sobre derechos humanos en el ámbito de los campesinos. En todos estos temas hizo aportes significativos que han quedado en más de veintiséis libros y folletos, donde con carácter siempre polémico expresó sus ideas.

Recuerdo que en los años 60 sostuvo una larga y académica polémica con Severo Martí­nez, con Carlos Figueroa Ibarra y otras personas sobre diversos aspectos de la cuestión étnica, así­ también sostuvo una crí­tica a través de un libro que tituló «El Adamsismo» donde criticó la intervención y la postura de un grupo de sociólogos norteamericanos, encabezados por Richard Adams, quienes mantení­an una posición sobre lo que ellos llamaban el problema indí­gena, la transculturización y el proceso de ladinización.

Humberto hizo, a mi juicio, sin ser sociólogo o antropólogo, muy valiosos aportes en este campo en especial en el ámbito nacional.

Su especial manera de ser, estricto en cuanto a puntualidad, a veces irritante, siempre polémico, un tanto irónico, riguroso en cuanto al uso del lenguaje, sumamente responsable con su trabajo de cualquier naturaleza, honesto sobre todo, consecuente con sus ideas. También tuvo Humberto afición por las artes, la fotografí­a, la escultura, fue ganador de los Juegos Florales a inicios de los años 90, en la rama del cuento.

En fin, Humberto merece el más respetuoso y cariñoso reconocimiento a su capacidad intelectual, se ha perdido en Guatemala un hombre valioso. Mi abrazo a su familia.

Serí­a altamente deseable que alguna institución, la Universidad de San Carlos por ejemplo, recogiera la obra de Humberto y la reeditara, no importa la divergencia que pudiera haber surgido con algunos intelectuales por el especial carácter de Humberto, lo que interesa es su obra.