Es increíble que en muestra de un vestigio de dignidad el Directorio de la Superintendencia de Administración Tributaria, ante la crítica universal, halla o haya decidido dar marcha atrás a la decisión de contratar a una empresa argentina para apoyar la recaudación, la cual cobraría “comisión” sobre lo recaudado. Ahora como consecuencia el Presidente de la República manifiesta que quiere remover al mismo Directorio.
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No soy fanático del actual Directorio, creo que podría ser renovado de una forma ordenada y correcta, pero no por lo que hicieron estos días. También debería ser modificado el proceso de selección de personas técnicas e idóneas para el puesto, promulgando una ley de funcionario público. El no estar de acuerdo con el Presidente por temas de recaudación debería ser una potestad del Directorio. En teoría ellos son los que conocen la legislación y entienden del tema de mejor forma.
Este gobierno ha creado su propia tormenta perfecta. Primero pasan una modificación de 14 leyes tributarias de “emergencia nacional”, sin discusión alguna. Leyes mal plateadas y mal estructuradas que contienen un rosario de inconstitucionalidades. Como consecuencia de lo improvisado del proceso no han logrado los resultados esperados. De esto solo ellos tienen la culpa.
Luego año tras año, presentan presupuesto tras presupuesto desfinanciado y desbalanceado. Más que un presupuesto de Estado parece una carta a Papá Noel. Además, han atropellado la autonomía de la SAT, lo cual crea un ambiente propicio para el cáncer de la corrupción. Hoy en día no tiene que ser cierto que los gobernantes sean corruptos para que empleados del Estado inescrupulosos decidan que cobran en nombre de ellos y se dediquen a “apachar clavos” en nombre de ellos.
Si el Presidente quiere mejorar la recaudación, yo le doy la fórmula para recaudar Q200 millones ya. Es muy sencillo, exija al Directorio que se cumpla con la sentencia de la Corte de Constitucionalidad que indica que un Deposito Aduanero no puede operar como Tienda Libre y cierre el negocito de La Riviera y cobre todo lo que han dejado de pagar en impuestos, como lo indicó Pavel Centeno en su momento hace un par de años.
El Presidente no deja de tener razón cuando afirmó hoy en Prensa Libre que “Cuando se trata de poner más controles y se van a cobrar más impuestos siempre hay gente que está acostumbrada a no pagar y evadir, y es la que se opone a esto” Sin embargo, hay muchas personas que se escudan en estructuras incrustadas en la SAT y el Estado para precisamente no pagar impuesto también y el aparato del Estado les ayuda a encubrirlas.
La SAT hoy no es más que una institución que perdió toda credibilidad y su capacidad de recaudar de forma efectiva. La reestructuración de la misma es totalmente necesaria para lograr la justa recaudación en donde todos pagan lo que corresponde. No hay que olvidar que a mayor percepción de corrupción, la recaudación baja. El Estado simultáneamente tiene que hacer un esfuerzo para transparentar sus finanzas y actos. ¿Qué es primero el huevo o la gallina?