Recibí copia de la iniciativa del parlamentario Manuel Baldizón tendiente a reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos, básicamente en lo que respecta a la votación uninominal para diputados; voto en el extranjero; igualdad de oportunidades y garantías de no discriminación por cualquier causa; reducción del número de representantes, y prohibición de indemnización a funcionarios elegidos para tiempo determinado.
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Como puede advertirse, se trata de un amplio paquete legislativo imposible de pretender analizar pormenorizadamente en este espacio; pero vale la pena hacer algunos simples ejercicios, especialmente en lo que se refiere al número de diputados, que son 158 en la actualidad, 90 más que la legislatura anterior, de modo que de no hacerse modificaciones a la mencionada ley, cada cuatro años se incrementará el número de congresistas, en conformidad con el aumento de la población en general.
En tal sentido, el doctor Baldizón propone que se modifique el artículo 205, de manera que cada distrito electoral tendría derecho de elegir un diputado por cada 120 mil habitantes (actualmente es de 80 mil habitantes) y 23 legisladores a razón de uno más por cada distrito electoral, por el solo hecho de serlo, mientras que los diputados elegidos por el sistema de lista nacional constituirían la cuarta parte del total de representantes al Congreso.
De aprobarse esta iniciativa, se presume que el Organismo Legislativo estaría integrado entre 105 y 135 diputados. Sin embargo, el procedimiento de elegir a cada uno de los diputados por votación uninominal -que es lo más cercano a la representación democrática- implica que en cada papeleta de todos y cada uno de los distritos electorales incluiría el nombre y fotografía de la totalidad de candidatos (además de los nombres y símbolos de los partidos que los postulan), de suerte que, por ejemplo, si el distrito que corresponde a los municipios del departamento de Guatemala (excepto la capital) se reduce de 19 a 14, para mencionar un número, y si participan un mínimo de 6 partidos políticos, para ser conservador, cada papeleta incluiría 70 fotografías. Resulta impráctico, con sólo tomar en cuenta el tiempo que se tomaría cada elector para escoger en ese enorme cartel a sus candidatos favoritos.
Lo más conveniente sería que se reformara la Constitución Política de la República, para redistribuir los distritos electorales, en el sentido de que, v. gr., el departamento de San Marcos, en vez de ser un solo distrito electoral, se convierta en no menos de cinco distritos electorales, tomando en consideración sus regiones geográficas, básicamente, pero también sus etnias y otras características de la población.
Algo similar ocurriría con el distrito electoral que corresponde al municipio de Guatemala -que actualmente elige a 11 diputados-, de manera que se incluirían en la boleta electoral a 8 legisladores, por ejemplo -si se reduce el número total de parlamentarios-, al multiplicarlos por 6 partidos políticos, serían 48 candidatos los que aparecerían en la boleta; pero si se realiza la reforma constitucional, este distrito se convertiría en cuatro distritos electorales, por caso, lo que tornaría más democrática la elección y los representantes de cada distrito estarían más identificados con sus electores.
En resumen y en lo que atañe a este capítulo de reformas planteado al Congreso por el doctor en Derecho Manuel Baldizón, lo que pretende es que los guatemaltecos no estén obligados a votar por una persona que les parece inconveniente, pero resultan sufragando a favor de ella porque está incluida en el mismo listado de determinado partido político en los que aparecen los nombres de dos o tres candidatos que sí son de las simpatías del mismo elector. Pero el procedimiento propuesto es muy engorroso e inoperante.
La iniciativa contempla otras novedades, como se intuye al leer el inicio de este artículo, de suerte que si el Señor y el tiempo lo permiten, continuaré en siguiente oportunidad.
(A propósito del Día del Padre, el diputado Romualdo Tishudo le pide a su médico que le haga la vasectomía. El urólogo le advierte que es una decisión muy seria y que si la ha consultado con su mujer e hijos. El legislador replica: Sí; votaron 17 a uno).