El dinero de Taiwán


Con meridiana claridad y hasta con desfachatez, el ex presidente Alfonso Portillo explicó ayer que los famosos cheques de Taiwán fueron dinero que ese paí­s asiático le entregó a él a tí­tulo personal, como se comprueba con el hecho de que ninguno de esos documentos fue girado a favor del Estado de Guatemala o alguna de sus dependencias, sino emitidos para que fueran pagados a Alfonso Portillo Cabrera. No hay forma en que un paí­s pueda girar dinero a favor de otro Estado mediante cheques girados a favor de personas individuales.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Y llama la atención la enorme hipocresí­a que gira alrededor de este tema porque todos sabemos que Taiwán ha sobornado a nuestros polí­ticos, empresarios y periodistas de los paí­ses con los que mantiene relaciones diplomáticas para que defiendan esa situación y se opongan al establecimiento de relaciones con China. Estoy seguro que Portillo no es el único presidente de la República que recibió ese tipo de «donaciones», pero del tema resulta difí­cil hablar porque son muchos los que a su vez han recibido favores de los taiwaneses, ya sea mediante sobornos en dinero o mediante viajes y otras prerrogativas. Cuando se descubrieron los cheques de Taiwán emitidos a nombre de Alfonso Portillo, cuando ya habí­a terminado su mandato presidencial, la embajada de ese paí­s se apresuró a decir que habí­a sido una donación para financiar bibliotecas populares y para el efecto mostraron algunos libros que fueron impresos «con el apoyo de Taiwán», pero el Embajador de ese tiempo y actual Canciller de su paí­s, don Francisco Ou, nunca pudo explicar por qué los cheques fueron girados a nombre del ex presidente y no a favor del Ministerio de Educación o cualquier otra dependencia del Estado. Portillo dijo ayer que sí­, que él recibió los cheques de Taiwán, y lo hizo con el mismo desparpajo que usó cuando le preguntaron si era cierto que habí­a matado a una persona en Chilpancingo. No fue a una, sino a dos, dijo en esa oportunidad. Y ayer les dijo a los jueces que conocen de la solicitud de extradición que esos cheques no tienen origen oscuro ni necesitaban ser lavados porque a él se los entregaron oficiales del Gobierno taiwanés. Por supuesto que todos sabemos para qué y por qué se los dieron, puesto que es la forma en que se ha consagrado la relación diplomática de ese paí­s con el puñado de naciones que intercambian embajadores con el Gobierno de Taipei. Claro está que la acusación que hace Estados Unidos contra Portillo incluye no sólo el dinero de Taiwán sino también el desví­o de recursos del Ministerio de la Defensa, fondos del Crédito Hipotecario Nacional y otros recursos públicos, pero en el caso de esos cheques es imperativo señalar que los mismos le fueron entregados como un gesto que no puede calificarse sino de soborno para condicionar la polí­tica exterior de Guatemala. Admitirlo, sin embargo, es llevarse entre las patas a los taiwaneses y por ello es que este tema se aborda como si el ex presidente se hubiera robado dinero ajeno. El dinero se lo dieron los diplomáticos, provení­a de cuentas oficiales de esa nación asiática y con toda la intención del mundo fue girado para que lo cobrara a tí­tulo personal el señor Alfonso Portillo Cabrera.