El Dí­a Internacional de la Mujer


El 8 de marzo  es reconocido y celebrado como el Dí­a Internacional de la Mujer por las Naciones Unidas por vez primera en el año de 1976.  En este dí­a se solemniza la lucha de la mujer por su participación dentro de la sociedad y su desarrollo integral como persona. 

Dra. Ana Cristina Morales Modenesi
crismodenesi@gmail.com

Los antecedentes históricos de esta fecha se atribuyen a dos hechos importantes que ocurrieron en la ciudad de Nueva York.  El primero fue una gran marcha de trabajadoras textiles en el año 1857.  Miles de mujeres marcharon en protesta por las miserables condiciones de su trabajo. El segundo, ocurrió en 1908.  En donde miles de mujeres costureras de grandes empresas se declararon en huelga demandando el derecho a unirse a los sindicatos, mejores salarios, una jornada de trabajo menos larga, entrenamiento vocacional y el rechazo al trabajo infantil.  Durante la huelga, 129 trabajadoras murieron quemadas en un incendio en la fábrica Cotton Textile Factory, en Washington Square, Nueva York.  Los dueños de la fábrica habí­an encerrado a las trabajadoras para que permanecieran en sus labores y que no se uniesen a la huelga.  Y estos sucesos ocurrieron alrededor del 8 de marzo.

Es un hecho que ser mujer en nuestras sociedades se convierte en un factor de desventaja social ante la existencia y un factor de riesgo para vivir.  Existen muchos mecanismos socialmente establecidos para la exclusión y discriminación de nosotras las mujeres, muchos de ellos se instituyen aún desde el embarazo.  Nosotras las mujeres nos sentimos orgullosas de serlo, pero deseamos ser respetadas tener iguales oportunidades en la vida que las concedidas al género masculino. 

El conversar acerca de nuestra marginalización familiar, social, polí­tica, económica, en tanto al acceso a nuestro bienestar fí­sico y emocional, las amenazas hacia nuestra integridad personal, las mayores dificultades que poseemos para el acceso a servicios de educación y salud.  Ejemplificamos nuestra situación de discriminación dentro de una sociedad machista, patriarcal en la cual la valorización de lo masculino se hace evidente.

En este nuevo Dí­a Internacional de la Mujer hemos de considerarnos no como ví­ctimas del sistema patriarcal, sino como mujeres hermanadas por la búsqueda de la justicia social, del desarrollo de nuestras potencialidades y en lugar de llorar, como muchas veces lo hemos sentido y hecho.  Festejar con orgullo nuestro ser mujer, enfatizando en que cada desventaja que hemos encontrado en nuestras vidas, se ha llegado a convertir en una fortaleza.

En este dí­a será plausible que nosotras podamos encontrar nuestra fuerza personal unida a la fuerza de cada una de nosotras, sentir nuestro espí­ritu sororario, que viene del latí­n sor = hermana.  Lo que puede traducirse en amistad entre mujeres en los buenos y malos momentos, aprendizaje de la vida a través del compartir nuestras propias vivencias personales, el convertirnos en cómplices y aliadas en los avatares de nuestra cotidianidad haciendo énfasis en los valores humanos que como mujeres tenemos; la confianza, dignidad, respeto, fidelidad, confidencialidad, apoyo, reconocimiento y la posibilidad de construcción de circunstancias que nos ayuden a reflejar un mejor concepto y una mejor validación de nuestras vidas como mujeres.

Así­ que por más triste que sean las historias de vejámenes y del conocimiento de la violencia y la discriminación a las cuales somos sujetas como mujeres.  No permitamos que una celebración como esta nos la empañen las mismas nebulosas que se encargan de hacernos la vida difí­cil. 

NO ELIJAMOS EL CAMINO A LA VICTIMIZACIí“N, ELIJAMOS FORTALECERNOS, EMPODERARNOS UNAS CON OTRAS SINTIí‰NDONOS ORGULLOSAS DE SER MUJERES.