El Día de la Tierra


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“Nadie mejor que el dueño cuida de lo propio” (Santo Tomás)

Recién se ha celebrado el Día de la Tierra, no sólo en la República de Guatemala, sino en todo el mundo.

Rolando Alfaro Arellano


Sin embargo, da pena que algunos guatemaltecos se recuerden tan sólo un día para limpiar las calles de basura y algunos lugares de recreación pública, cuando ello debería ser todo el tiempo, máxime cuando nuestro país viene siendo contaminado por personas que, en verdad, no les interesa más que lo propio y que los obligados a la protección de nuestro entorno carecen de políticas ambientales, incluyéndose a la educación y a la falta de legislación específica que regule las conductas de las personas que depredan el entorno nacional.

En ese sentido, vale la pena citar a Rosseau,  cuando advierte que: “La naturaleza no nos engaña nunca; somos siempre nosotros quienes nos engañamos a nosotros mismos” (Editorial Panamericana. El Poder de la Naturaleza. Colombia, 2004).

Además, para llenarse la boca ciertas personas de que han hecho esto o aquello, es necesario demostrarlo ética y científicamente. Guatemala necesita obras y no buenas razones. Basta de inmoralidades.
 
Por otra parte, de una manera irresponsable se viene soslayando por malos guatemaltecos, los diversos estudios que se han realizado por las varias entidades y científicos que poseen investigaciones ambientales, tales como la del: El Instituto de Ciencias Ambientales de la Universidad Rafael Landívar y su Instituto de Investigaciones Jurídicas, los programas ecológicos de investigación de la doctora Margaret Dix, de la Universidad del Valle de Guatemala y su facultad en Ciencias Ambientales, los esfuerzos por formar profesionales especializados de las Maestrías Ambientales de la Universidad Mariano Gálvez de Guatemala y de las que he formado parte, y, de toda una programación ambiental de la Universidad Rural, que ha incluido el tema que venimos estudiando en todas sus carreras.

Hace algunos años se han publicado trabajos diversos de investigación jurídica con énfasis en Derecho Ambiental, a efecto de concientizar a las entidades públicas y privadas de nuestro país, pero para variar no han querido poner atención, salvo que se trate de invitados extranjeros ignorándose los esfuerzos de los investigadores nacionales o,  en el mejor de los casos, festejar sólo el momento que por propaganda perciben.

Para fortalecer lo anterior, cito algunas publicaciones que quizás interesen a mis lectores, así: Perfil Ambiental de la República de Guatemala, tres tomos (Universidad Rafael Landívar, 1984),  Introducción al Derecho Ambiental Internacional (Rolando Alfaro A. Asociación Guatemalteca de Derecho Internacional, 1989), propiedad privada como medio de conservación de los Recursos Naturales de el Petén (Rolando Alfaro A. et.al. CIEN. Carta Económica, No. 56, Agosto, 1987), Verónica Spross Análisis económico de la contaminación de aguas en América Latina: El caso de Guatemala, Centro Internacional para el desarrollo económico –CINDE –

Santiago de Chile, 1995; Luis Alexis Calderón Maldonado: Necesidad de incorporar el estudio multidisciplinario ambiental a las Ciencias Jurídicas (Maestría en Derecho Penal. Universidad de San Carlos. Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Dirección de Estudios de Postgrado. Octubre, 2001),  Propuesta de Tecnificación en Derecho Ambiental para los Administradores de Justicia de la República de Guatemala (Rolando Alfaro A.  Universidad Mariano Gálvez de Guatemala. Dirección General de Posgrados. Maestría en Derecho Ambiental. Junio 2006).

Finalmente, exhorto a los guatemaltecos de buen corazón a ponerle más atención a los temas ya descritos, toda vez, que a la fecha no se les ha dado el lugar que merecen y lamentablemente algunos habitantes del territorio nacional permanecen en la ignorancia y sólo cuando viene la tragedia como terremotos, desbordamiento de ríos, incendios forestales contaminación de lagos (Amatitlán, Atitlán, Izabal, etc), lanzan el grito al cielo tratando de aliviar tales fenómenos en lugar de adoptar las medidas adecuadas con tiempo para que tales catástrofes no se produzcan.