El desastroso Obamacare


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Dice Michael Tanner, columnista del National Review, que el pueblo americano sabe que tiene un gran problema cuando la reforma legislativa insignia del Presidente Obama tiene problemas en su sitio web para atender usuarios. El problema se vuelve realmente preocupante cuando los problemas del sitio web son las buenas noticias comparado con el verdadero desastre de fondo que la legislación está ocasionando a los americanos.

John Carroll


Efectivamente, los primeros signos visibles del atascado sitio web del Affordable Care Act, más conocido como Obamacare han dado palos a la administración demócrata de turno. Era previsible que una legislación que pretende resolver aspectos comerciales de seguros que un mercado muy antiguo y maduro viene sirviendo desde hace siglos no funcionaría o lo haría con mucha menor eficiencia que la del mercado mismo. El discurso es bonito, mucho más bonito cuando lo da el señor Obama porque nadie le puede quitar que es un orador de primera y un excelente político de campaña, pero la cruda y triste realidad es que el Presidente le mintió a su pueblo cuando prometió cosas que la legislación simplemente no cumple.
El Obamacare pretende cerrar el círculo de una cobertura médica universal para los americanos. El Medicare fue creado en 1966 para cubrir con un plan federal de gastos médicos a personas mayores de 65 años, impedidas y con algunas enfermedades crónicas. Más recientemente se creó el Medicaid que está enfocado a las personas con ingresos bajos y sus familias. La jugada política de Obama fue de vital importancia en su primera elección y su implementación también jugó un papel decisivo en la reelección del 2012. Pareciera lógico que siendo el país más poderoso del mundo y uno de los más desarrollados, sus habitantes puedan gozar de planes de salud universales, con coberturas prácticamente ilimitadas y con renovación garantizada de por vida, pero pocos se detienen a pensar cuál es el costo de esto y si sus creadores y administradores tienen el más mínimo conocimiento de cómo funciona y trabaja un programa de seguros de gastos médicos. La ley incluye penalizaciones para aquellos individuos que no se inscriban en el programa lo que obliga a preguntarse ¿Si es tan bueno cómo es que lo tienen que hacer cuasi obligatorio para que funcione?

Con el paso de los días los reportes de prensa empiezan a develar lo que fue advertido por muchos y escuchado por pocos. Los problemas en el sitio web son solo el inicio. El sufrimiento causado a familias enteras de clase media que se encuentran con avisos de cancelación de su aseguradora, cambio de médicos, clínicas y hospitales y otras tantas situaciones en las que quedaron expuestos por inscribirse o tratar de inscribirse al Obamacare le costará buena parte de su caudal político al presidente Obama y al partido demócrata que lo ha apoyado sin condición en la lucha por aprobar e instaurar el plan. Apenas un mes después de abrir las inscripciones, el Obamacare está desencantando a millones de americanos que prefirieron creer en los políticos antes que en las soluciones que el mercado privado de seguros les estaba prestando. Falta ver cómo se verán afectados los aseguradores que ante un mal negocio prefieren abandonar antes de pagar pérdidas que los terminen hundiendo.

Es importante que el caso de Estados Unidos nos sirva de ejemplo para no irnos de boca cuando los políticos ofrecen cosas que parecen demasiado buenas para ser ciertas. Recordemos siempre que los servicios tienen un costo que deberá ser cubierto tarde o temprano, por todos o por algunos pero nunca por los políticos. El desventurado IGSS el mejor de los ejemplos.