El derecho de propiedad


Editorial_LH

Alrededor del tema de la marcha campesina y el reclamo de los grupos que piden el cese de los desalojos hay todo un mar de fondo que no se puede analizar con criterio simplista. Ayer alguien decía que para que lo entienda la gente del área urbana, las invasiones de fincas se asemejan a lo que los mareros hacen en las colonias cuando expulsan a los propietarios de sus casas y se adueñan de ellas, fenómeno que se repite con mucha frecuencia y que por ello termina siendo ilustrativo.


Sin embargo, no todos los conflictos agrarios son invasiones abusivas y antojadizas perpetradas por delincuentes, que es lo que el símil nos refleja. No nos cabe duda que hay casos en los que se actúa de esa manera, pero también hay muchos en los que existen litigios porque nuestros registros no son confiables o porque nuestros tribunales han sido más corruptos aún y han permitido en el pasado, remoto o reciente, que otros mareros se instalen en tierras propiedad de campesinos y los despojen como se hace ahora en las colonias.
 
  Negar que en Guatemala ha habido despojos es querer tapar el sol con un dedo y asumir una postura simplista. Atribuir a nuestro “estado de derecho” el cimiento del régimen de propiedad es ignorar deliberadamente la venalidad que por generaciones ha prostituido el sistema de justicia y que la ha mantenido en venta a favor del mejor postor que, por supuesto, nunca ha sido el campesino.
 
  Tan absurdo sería generalizar diciendo que todas las propiedades de Guatemala tienen origen espurio, como negar que hay serios casos de propiedades que surgieron del despojo. Entonces, el problema lo tenemos que abordar desde otra perspectiva, desde una visión más integral y razonable porque es demasiado complejo como para quererlo explicar con ese ejemplo de lo que hacen los mareros. Porque allí sí, en ningún caso, se está poniendo en tela de duda la propiedad legítima de los bienes, lo cual hace una enorme diferencia.
 
  Dependiendo de la perspectiva y la óptica se puede hablar de muy pocos casos o de muchos casos de disputa sobre la propiedad de algún pedazo de tierra, pero lo que no se puede es negar, tajantemente, que haya casos de esa naturaleza y mandar a la punta de un cuerno cualquier planteamiento que se haga.
 
  Respetamos y valoramos el derecho de propiedad como algo sagrado, pero eso significa TODO derecho de propiedad y no sólo algunos de ellos. Al mismo tiempo, reconocemos no sólo las graves deficiencias registrales, sino también la venalidad de nuestro sistema de justicia, y por ello creemos que el tema tiene que ser discutido.

Minutero
Ahora que vino el Zar
ya nos dio permiso de hablar;
ha aceptado el debate
aunque sea tan solo un mate