El delicado combate en el Sahel


Un atentado que costó la vida el miércoles a 11 gendarmes en el sur de Argelia revela la dificultad de combatir a los grupos armados en esta región afectada por diversos tráficos, a pesar de la cooperación militar entre los Estados fronterizos.


Las ví­ctimas cayeron en una emboscada cerca de Tinzautin, en la frontera entre Argelia y Mali, tendida por atacantes que luego se refugiaron en el norte de Mali, según la prensa argelina. No se ha publicado ninguna información oficial en Argelia.

«Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) reivindicó la muerte de por lo menos 11 gendarmes argelinos. La reivindicación fue realizada en un comunicado escrito y difundido bajo la forma de octavillas lanzadas en la frontera entre Mali y Argelia», declaró el jueves en Bamako a la AFP una fuente de seguridad extranjera en el norte de Mali, que solicitó el anonimato.

La prensa argelina atribuyó ese atentado al grupo de Abu Zeid, uno de los jefes de AQMI en la región donde opera Mojtar Belmoktar, otro «emir» de los grupos armados.

AQMI, que sigue siendo activa en Kabilia, al este de Argel, también se ha fortalecido en los últimos años en el Sahel, una gran región desértica que comparten Argelia, Ní­ger, Mali y Mauritania entre otros, donde se registran diversos tráficos, según acusan regularmente esos Estados fronterizos y los paí­ses occidentales.

Traficantes, contrabandistas e islamistas radicales, que a veces tienen relaciones familiares con las tribus nómadas, están estrechamente relacionados, afirmaron a principios de junio especialistas interrogados por la AFP en Mauritania y Europa.

El pago de rescates –condenado enérgicamente por las autoridades argelinas– por la liberación de ciudadanos extranjeros secuestrados por grupos calificados de «mafiosos» y revendidos a los islamistas se ha convertido en una fuente de financiación para AQMI, acusaron estos especialistas.

Dos españoles y un francés siguen cautivos de los yihadistas.

La región del Sahel, «que se ha convertido en una zona de repliegue de grupos terroristas, presenta actualmente amenazas reales» y «puede, a corto plazo, convertirse en un espacio propicio para la expansión del terrorismo hacia otras regiones del continente y del mundo», advirtió el 25 de junio el presidente argelino Abdelaziz Buteflika, durante una reunión del G8 con Africa en Muskoka (Canadá).

Después de varias reuniones en Argelia de altos responsables militares de la región, se creó un comité de estado mayor operacional conjunto entre Argelia, Mali, Mauritania y Ní­ger el 21 de abril en Tamanrasset.

Estados Unidos reiteró inmediatamente su apoyo a Argelia, «lí­der y socio fundamental en el combate para imponer sus creencias al resto del mundo», según afirmó el miércoles el embajador norteamericano en Argel, David D. Pearce.

«A través de una cooperación ampliada sobre la lucha contra el terrorismo (…), trabajamos juntos para poner fin a las actividades de los terroristas y criminales que amenazan a nuestras dos naciones y a la región», agregó Pearce ante invitados.