El declive del Rey: Caso de corrupción, cacería e imputación de Cristina


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El rey Juan Carlos I de España abdica en su hijo, el príncipe Felipe, después de 39 años de reinado y en medio de una crisis de imagen sin precedentes de la Corona española.

Por Sara Barderas y Ana Lázaro Verde
MADRID / Agencia dpa

«Una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista», argumentó el monarca al comparecer hoy por televisión ante la nación para explicar una abdicación que había anunciado el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, dos horas y media atrás.

El príncipe Felipe «encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica», dijo. «Tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesario para asumir la jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza».

El aún príncipe de Asturias, de 46 años, reinará con el nombre de Felipe VI. Su proclamación tendrá lugar previsiblemente a lo largo del mes de junio.

La situación que vive España desde hoy carece de precedentes. Y como la abdicación no está regulada, el gobierno de Rajoy tramitará mañana martes la renuncia que hoy presentó el rey y aprobará una ley orgánica a la que después tendrá que dar luz verde el Parlamento.

Mucho se especuló con la renuncia de Juan Carlos en los últimos años, en los que la imagen de la monarquía española cayó en picado. La crisis económica y política del país le pasó también factura.

La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS, estatal) daba hace un mes un suspenso claro a la institución monárquica, con un nota de 3.72 sobre 10.

Juan Carlos fue proclamado rey de España el 22 de noviembre de 1975 a propuesta de Francisco Franco, dos días después de la muerte del dictador. Contribuyó a la transición a la democracia y se ganó la legitimidad con su papel en el intento de golpe de Estado de 1981, con una actuación que lo llevó al fracaso. Pero hace tiempo que los españoles le daban la espalda en las encuestas.

El declive comenzó con la imputación por corrupción del yerno del aún rey, Iñaki Urdangarin; continuó con la famosa cacería en Botsuana del monarca en abril de 2012 y sufrió el golpe definitivo con la imputación de su propia hija menor, la infanta Cristina, que se convirtió en febrero de este año en el primer miembro de la familia real en ser interrogado por un juez.

La salud del rey, con reiteradas operaciones en los últimos dos años que lo tuvieron un tiempo sin agenda para poder recuperarse, contribuyeron también a la caída de la imagen de un rey muy valorado antaño por los españoles por su contribución decisiva a la democracia del país.

En paralelo, la valoración del príncipe Felipe entre los españoles iba subiendo. Él y la reina Sofía son los miembros de la familia real mejor valorados.

Pero el anuncio que hizo Rajoy en la mañana de hoy tomó a todo el mundo por sorpresa, después de que la Casa Real reiterara en los últimos tiempos que el rey no se planteaba abdicar. No se había filtrado. El presidente del gobierno conocía la intención del monarca desde finales de marzo; el líder de la oposición, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, desde comienzos de abril.

«Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura está demandando», manifestó el monarca.

La decisión de dar un paso atrás en favor de su hijo la tomó el 5 de enero, al cumplir los 76 años, y una vez superada su última operación de cadera, que fue en noviembre. «Quiero lo mejor para España, a la que he dedicado mi vida entera», manifestó el rey, emocionado, en su despacho del Palacio de La Zarzuela.

Según explicó Rajoy, Juan Carlos está «convencido» de que es el mejor momento para que se dé el cambio «con toda normalidad» en la jefatura de Estado con la transmisión de la Corona a su hijo.

«Estoy convencido de que los españoles sabremos escribir esta nueva página de nuestra historia en un clima sereno, con tranquilidad y agradecimiento a la figura de su majestad, el rey», dijo el jefe del Ejecutivo.

«Renuncia al trono una figura histórica tan estrechamente vinculada a la democracia española que no se puede entender la una sin la otra. A todos nos deja una impagable deuda de gratitud», añadió.

Las miradas se dirigen ahora a Felipe. «Su preparación, su carácter y la amplia experiencia en asuntos públicos que ha ido adquiriendo a lo largo de los últimos 20 años constituyen una sólida garantía de que su desempeño como jefe de Estado estará a la altura de las expectativas más exigentes», dijo de él el jefe del gobierno.

Las reacciones en España tras el anuncio fueron desde la gratitud y reconocimiento al trabajo del rey a la exigencia de un referéndum para que los españoles decidan entre la monarquía y la república.

Llegó la hora de Felipe VI

AP   

Lo consideran el heredero mejor preparado de la historia de España. Tiene formación militar. Estudió derecho, economía y relaciones internacionales. Domina con soltura el inglés. Casado y padre de dos hijas, el príncipe Felipe de Borbón será Felipe VI de España y su esposa la reina Letizia.

«Felipe ha confirmado que reúne las condiciones para ocupar el trono», dijo recientemente José Apezarena, biógrafo del todavía heredero. «El equipo Felipe-Letizia constituye un dúo unido y compenetrado, que trabaja en serio para lograr el reto de alcanzar una gran meta: convertirse un día en los reyes de España».

«Se trata de un proyecto personal, político, institucional, en el que ambos están empeñados y que afrontan codo con codo», agregó.

La sorpresiva abdicación de su padre el rey Juan Carlos, anunciada hoy, condujo a Felipe a la jefatura de estado en un momento convulso para España. La familia real se ha visto salpicada por escándalos de corrupción que han minado su imagen en un momento especialmente delicado de crisis económica.

Mientras, a nivel político, el proceso independentista en Cataluña ha puesto en jaque la propia unidad de España.

Felipe VI, de 46 años, es el tercer hijo de Juan Carlos y Sofía. Nació en la clínica de Nuestra Señora de Loreto de Madrid el 30 de enero de 1968, cuando el dictador Francisco Franco todavía gobernaba España.

Juan Carlos asumió la jefatura de estado tras la muerte de Franco en 1975 y Felipe se convirtió automáticamente en heredero de la corona. En 1977, recibió el título de príncipe de Asturias.

Felipe cursó estudios militares en Zaragoza. En 1993 se licenció en derecho, estudiando también diversas asignaturas de la carrera de Ciencias Económicas en la Universidad Autónoma de Madrid.

Entre 1993 y 1995 completó una maestría en Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown de Washington, en Estados Unidos.

Apezarena, autor de varios libros sobre el futuro monarca, le describe como un hombre «muy preparado, prudente, leal al rey y enamorado de su esposa».

Amante del deporte, sobre todo la vela y el esquí, Felipe fue deportista olímpico y abanderado de la delegación española en los Juegos de Barcelona 1992. Una vez completada su formación, comenzó a desarrollar una amplia labor institucional como heredero de la corona.

Es la cabeza de los conocidos premios Príncipe de Asturias y desde hace años representa a España en las tomas de posesión de presidentes latinoamericanos. En 2004, se casó con la periodista Letizia Ortiz, rompiendo una vieja tradición de matrimonios entre familias de sangre azul.

Los futuros reyes son padres de dos hijas: Leonor y Sofía. Teóricamente Leonor será ahora la futura princesa de Asturias y heredera, pero para ello España debe reformar su constitución, que todavía prima al varón sobre la mujer en la línea sucesoria.

Para muchos expertos, Felipe es la fuerza que necesita la corona para revitalizarse. La imputación de la infanta Cristina y su esposo Iñaki Urdangarín por presuntos delitos de malversación de fondos públicos ha dañado la imagen de Juan Carlos y de monarquía.

En la encuesta de enero del diario madrileño El Mundo, la popularidad del monarca se situaba en el 41%, pero la de Felipe alcanzaba el 70%.

«Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura está demandando».
Don Juan Carlos
Rey de España