He visto un intenso debate en el Internet con relación a la Usac. Hay muchas opiniones, desde quienes piensan que dicha universidad no es política ni académicamente rescatable, hasta los que sostienen que sus egresados tienen calidad competitiva con cualquier otra universidad nacional o extranjera. Han sobrado ejemplos en uno y otro sentido. La pregunta que nos podemos hacer es si dicho debate está ocurriendo al interior de la Usac a un poco más de seis meses de las elecciones de Rector. Que el debate fuese intenso al interior sería una señal positiva; la falta del mismo daría la razón a quienes piensan que ni los catedráticos y profesionales ni los estudiantes están a la altura de las circunstancias.
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Hay rasgos negativos de la Usac que se deberían haber resuelto hace mucho tiempo. Cuando muchos de los docentes e investigadores nos vimos obligados a dejar la universidad alrededor de 1980 por la persecución a muerte del Estado, ya reconocíamos que la Ley Orgánica era una camisa de fuerza que impedía la democratización y la actualización universitarias. Casi 30 años después, ese problema sigue sin ser atendido. Los grupos universitarios no se animan a plantear una reforma de la Ley Orgánica que promueva una universidad nacional moderna, democrática y que responda a las necesidades profundas de nuestro país. Algunos tienen el temor de que los diputados terminarían manoseando conceptos como el de la autonomía universitaria, sin darse cuenta de que si la reforma parte de un consenso universitario no sería fácil para los legisladores enfrentar a una multitud de más de 100 mil personas.
La reforma de la Ley Orgánica es fundamental, aun para darle sentido a los procesos electorales internos. En las próximas elecciones de Rector volverán a quedar marginados grandes sectores, que por no pertenecer a una Facultad quedan impedidos de elegir. Los cuerpos electorales volverán a ser los mismos, en los cuales profesores y estudiantes de Psicología, Historia, Ciencias de la Comunicación, los Centros Regionales y varios centros más no podrán participar. Es difícil imaginar que esto pueda cambiar antes de abril de 2010; pero es inconcebible que no se haga el menor esfuerzo por cambiar las condiciones de la Usac para que las elecciones de 2014 sean legítimas y representativas.
Otra mala señal es que el Rector actual quiera reelegirse. Aún si las autoridades se han ganado el apoyo de su comunidad a base de un trabajo de calidad, la reelección es indicación de ausencia de liderazgos. No digamos cuando hay motivos para la crítica, como es la situación actual de la Usac y de la municipalidad capitalina, que realizan acciones cosméticas de última hora pero con abandono de necesidades perentorias que debieron ser atendidas oportunamente. La Ley Orgánica señala que para ser reelecto Rector se necesitan 2/3 de los votos. Puede darse ahora el caso de que el Rector logre más de la mitad de los votos, pero no alcance los 2/3. ¿Sabe la comunidad universitaria como resolver este acertijo? ¿Se pondrá de nuevo el quehacer universitario en las manos de la poco confiable Corte de Constitucionalidad? Seguiré haciendo preguntas y sugiriendo respuestas en próximos artículos.