EL DíA DESPUí‰S


Después de la alegrí­a de las fiestas de fin de año, volvemos a la realidad de nuestra vida; no sólo la triste realidad, sino las penas que nos trae el saber que, luego de haber gastado para las celebraciones de las fiestas ya mencionadas, ahora viene el gasto de los útiles escolares.

Fredy Padilla,A-1 658223

Aunado a eso, los asesinatos de las personas de la camioneta de Ciudad Quetzal, que tristemente ocurrieron por la tarde que recién empezamos este año y ya tenemos los primeros crí­menes sin que don Gobierno haga algo al respecto. A propósito del Gobierno, en el mensaje del año pasado el Presidente y su esposa se dieron el lujo de hablar de los logros que su administración ha tenido; pero si vemos la realidad de lo que expresaron no fue sino lo mismo que siempre dicen: que los programas de Cohesión Social, que la ayuda que han dado a los pobres, que esto y aquello; pero lo que no dijeron y no lo dirán es lo que no han hecho acerca de la violencia, del despilfarro, de los desmanes de sus ministros.

Primero, no hablan de seguridad, porque saben que no hay; esa inteligencia de la que alardeaba antes de ser Presidente nunca se vio ni se verá, ya que no hay tal inteligencia. Segundo, porque se agarran de la cohesión social para utilizar dinero donde no hace falta. Y tercero, el despilfarro de los ministros, porque sabiendo que, como ellos dicen: «»No hay dinero»» para ejecutar obras, se lo gastan en cosas que no tienen por qué.

Presidente, por favor haga el trabajo para el cual fue electo junto con sus ministros y permitan que Guatemala salga del hoyo en que la tienen y no siga inmersa en este estado tan calamitoso; sólo así­ podrá decir en su próximo discurso de Navidad, y lo puede decir con orgullo, que ha hecho algo por la paz y seguridad de todos los guatemaltecos que una vez creyeron en usted al depositar ese voto de confianza, el cual usted salió a buscar por las calles de algunas partes de Guatemala y lo logró. Ahora que ya está gozando de las mieles del poder -y que por cierto están por acabársele- saque a relucir la «»inteligencia»» con la cual logró su cometido, el de ser Presidente.