Mario Gilberto González R.
La misma noche que el joven Pedro de Betancourt vistió el penitente hábito de Terciario franciscano, hubo en el Calvario, un suceso que, con lujo de detalles y asombro recogen las crónicas de entonces, la biografía del humilde terciario que ya es Santo, incluso en declaraciones juradas para darle veracidad al hecho.