El crecimiento económico de China remontó ligera en el último trimestre y más de 7 millones de empleos se crearon en la primera mitad del año, suavizando la presión sobre los líderes comunistas mientras intentan impedir una brusca desaceleración en la segunda economía del mundo.
El crecimiento económico en los tres meses terminados el 30 de junio ganó un 7,5 por ciento respecto al año anterior, según datos publicados el miércoles. El primer trimestre había igualado el descenso de finales de 2012 como la cifra más lenta de crecimiento desde la crisis global de 2008.
Los líderes comunistas intentan dirigir a China hacia un crecimiento basado en el consumo interno, en lugar de en el comercio y las inversiones. Pero el alcance del descenso en el primer trimestre despertó temores a la pérdida de empleos, que podría plantear un riesgo político. Beijing respondió con pequeñas medidas de estímulo basadas en un gasto más alto en la construcción de ferrocarriles y otras obras públicas.
«Buena parte de los datos de junio parecen bastante sólidos, más sólidos de lo esperado», comentó el economista Julian Evans-Pritchard, de Capital-Economics. «Creo que debería reivindicar la estrategia de los legisladores de medidas dirigidas para estimular el crecimiento».
El persistente declive de China desde las explosivas cifras de crecimiento de la década pasada ha tenido repercusiones globales, reduciendo la demanda de hierro, cobre y otras materias primas que ayudaron a impulsar su expansión.
Los últimos datos de crecimiento están en línea con el objetivo del 7,5 por ciento anual marcado por el Partido Comunista. Los analistas señalan que los líderes chinos están dispuestos a aceptar un ritmo aún más bajo con tal de que la economía genere suficientes empleos nuevos como para evitar agitaciones.
El partido gobernante ha prometido amplias reformas para hacer la economía más competitiva y productiva. Eso incluiría abrir más industrias como la atención sanitaria y el transporte a la competición privada y extranjera, simplificar impuestos y regulación e incentivar que la industria bancaria estatal ofrezca más créditos a los emprendedores que crean la mayor parte de los nuevos empleos y riqueza del país.
«Los líderes chinos tienen previsto acudir a reformas más rápidas para liberar nuevas fuentes de crecimiento durante el periodo de ajuste estructural», indicó el economista de UBS Tao Wang en un informe esta semana.