El creador de Padre Ubú Alfred Jarry: a cien años de su muerte


Dibujo original de Alfred Jarry sobre su personaje

Alfred Jarry nació en Francia el 8 de septiembre de 1873 y murió el 1 de noviembre de 1907, es decir, recién se han cumplido los cien años de su muerte.


La obra que le dio a conocer fue «Ubú rey», estrenada en Parí­s el 10 de diciembre de 1896, con un gran escándalo, se le considera antecesora directa del teatro del absurdo. Con ella Jarry consigue reconocimiento en Parí­s, centro artí­stico del mundo. Sin embargo, mientras vivió Jarry, la obra sólo se representó completa dos veces, ya que los espectadores conservadores la abucheaban, mientras que los vanguardistas no dejaban de aclamarla.

Es una comedia grotesca, en donde quiere hacer una parodia shakesperiana, de la ambición de Macbeth por conseguir el trono. El personaje principal, Padre Ubú, se constituyó en uno de los arquetipos de lo grotesco: cobarde, ambicioso, sucio, malhablado, haragán, etc.; todos los vicios humanos posibles, que llegan a desatarse para conseguir el poder.

Después de «Ubú rey», siguieron obras como «Ubú cornudo» (estrenada hasta 1944, que también es una mezcla entre la ambición de Macbeth y los celos de Otelo) y «Ubú encadenado» (1900, parodia de «Prometeo encadenado»), más una serie de obras menores en donde participa Padre Ubú.

SíNTESIS

Padre Ubú, capitán de dragones, oficial de confianza de Venceslao, rey de Polonia, desea quitarle a éste la corona, con el impulso de Madre Ubú (quien funge al estilo de Lady Macbeth). Prepara un cobarde como grotesco asesinato de Venceslao, para luego gobernar con total tiraní­a: aumenta los impuestos hasta agotar las reservas de los ciudadanos, golpea a sus súbditos, miente, engaña y desea cada vez más poder. Al final, es vencido por los rusos, y Padre Ubú deja la corona polaca.

CARACTERíSTICAS

Alfred Jarry ha sido identificado como un dramaturgo de humor negro, que logróa adelantarse a las vanguardias, que aún faltarí­a unos veinte años después del estrenó de «Ubú rey» para publicarse. Además, en esta obra ya se pueden encontrar los antecedentes del teatro del absurdo.

La saga de Ubú exalta al antihéroe, que posee los peores defectos. Además, es un teatro escatológico. Es tan irreverente, que hasta las mismas palabras soeces son deformadas; en lugar de «mierda», escribre «mierdra» (en francés, pasa de «merde» a «merdre»).

De paso, Jarry funda un movimiento y una ciencia: la Patafí­sica, que es la ciencia de las soluciones imposibles, la ciencia del más allá del más allá, tal como fue definida por Jarry. Pero, en términos generales, la Patafí­sica consiste en hacer conscientemente lo que otros hacen de manera inconsciente. Las leyes que gobiernan las excepciones y explicarán el universo adicional a éste. En la Patafí­sica todo suceso del universo es una excepción, y las leyes de la fí­sica no son más que excepciones que se producen más frecuentemente.

COMO NOSOTROS

El lugar de conflicto en «Ubú rey» es Polonia, que para la época era un paí­s disputado por las potencias; si no, habrá que recordar que la misma II Guerra Mundial inició con su invasión. Jarry logra identificar que el principal vicio humano era la ambición de poder, y si ésta era desatada en toda su magnitud, el ser humano se convertí­a en un Ubú.

Pero, ¿acaso Ubú no puede identificarse con varias figuras? Vienen a la mente polí­ticos, dictadores, Napoleón, Franco, los conquistadores, etc.

Y no sólo deberí­an ser las figuras de poder público; en cada uno de nosotros también existe la ambición. Jarry se refirió a su personaje de esta forma: «El señor Ubú es un ser innoble, por lo que se asemeja, de la cintura para abajo, a todos y cada uno».

Ubú rey

Grosero y cobarde, sucio y exasperante, traidor, ambicioso y acomodaticio, Ubú, el ya legendario Padre Ubú, dejó hace mucho tiempo la caja de resonancia de su personaje para transfigurarse en alguno de los demenciales estereotipos del siglo XX.

Hay quienes sostienen que es la personificación del dictador, figura siniestra que se enseñoreó en los escenarios polí­ticos del siglo. ¿O su figura abarca acaso a todos los polí­ticos? ¿Y los militares?

El teatro del absurdo es uno de los grandes deudores de Jarry: con Ionesco y el incomparable Samuel Beckett a la cabeza. También su obra late en la producción del dramaturgo alemán Peter Weiss, del suizo Max Frisch y del poeta Boris Vian. Ya en los sesenta, ciertas vanguardias del rock incorporaron su estética, como el cantante Lou Reed y los aguerridos Sex Pistols. Su esperpéntica también puede detectarse en el inefable Groucho Marx y más acá, en la versión atenuada y posmoderna encarnada en Homero Simpson.

En «Ubú rey» la trama es sencilla. Se hace del poder, asesina o traiciona a sus aliados, se apodera de los dineros públicos y mata a los ciudadanos como si fueran moscas. «Â¿Qué clase de rey eres? Estás acabando con todo el mundo», le advierte su azorada y a veces lúcida esposa.

Comienza matando a los nobles, sigue con los burócratas y termina con los campesinos. «Desaparecido mundo, asegura haber acabado con los culpables», señala el propio Jarry y concluye: «se presenta como un hombre de principios y de medio». Luego, el ambicioso Ubú se decide por una guerra de conquista, nada menos que contra «la santa y justa Rusia». De ahí­ en más, todo será una sucesión desopilante de enfrentamientos ficticios, acusaciones y nuevas traiciones. La obra termina con Ubú camino al exilio y soñando con hacerse de un buen cargo en el gobierno de Francia.

Antonio Tulián

traductor al español de las obras de Jarry

LA CONSPIRACIí“N

PADRE UBíš: ?¡Eh, mis queridos amigos! Debemos empezar por fijar el plan de la conspiración. Propongo que cada uno dé su parecer. Empezaré yo, si me lo permiten.

CAPITíN BORDURA: ?Adelante, Padre Ubú.

PADRE UBíš: ?Pues bien, queridos amigos. Creo que hay que envenenar al rey de una manera muy simple: llenando su almuerzo de arsénico. Ni bien lo pruebe, caerá muerto. Entonces seré rey.

TODOS: ?¡Pero qué tontera!

PADRE UBíš: ?¿Qué pasa? ¿No les gusta? ¡A ver qué opina Bordura!

CAPITíN BORDURA: ?Yo propongo pegarle con un hierro que lo parta de la cabeza a la cintura.

TODOS: ?¡Eso sí­ que es noble y elegante!

PADRE UBíš: ?¿Y si empieza a dar patadas? Ahora recuerdo que para las paradas usa unos zapatos de hierro que hacen mucho daño. Si lo hacen así­, me conviene denunciarlos para quedar al margen de todo. Estoy seguro de que incluso me darí­an algunas monedas.

MADRE UBíš: ? ¡Oh, qué traidor y cobarde! ¡Qué maldito y vulgar roñoso!

TODOS: ?¡Difamemos a Padre Ubú!

PADRE UBíš: ?¡Cuidado señores! Quédense tranquilos si no quieren acabar en mi morral… En fin, me arriesgare por ustedes. Pero tú, Bordura, serás el encargado de partir en dos al rey.

CAPITíN BORDURA: ?¿No serí­a mejor que nos tiráramos todos sobre él gritando y aullando? De esa manera la tropa se entusiasmarí­a.

PADRE UBíš: ?Está bien, que así­ sea. Trataré de pisarlo, él dará una sacudida y entonces gritaré: ¡MIERDRA! A esa señal, ustedes se tiran sobre él.

Ubú rey

Acto primero

Escena VII

«Â¡Cuernoempanza! No lo habremos demolido todo si no demolemos incluso los escombros. Y no veo otro procedimiento para hacerlo que levantar con ellos hermosas estructuras bien ordenadas.»

Padre Ubú en «Ubú encadenado»

COTIZA: ?Y ahora, nuestro noble bajel va a toda velocidad por entre las sombrí­as olas del Mar del Norte.

PADRE UBíš: ?Mar braví­o e inhospitalario que baña las costas del paí­s llamado Germania. Paí­s llamado así­ porque sus habitantes son todos entre sí­ primos germanos.

MADRE UBíš: ?Eso es lo que yo llamo erudición… Y dicen que se trata de un paí­s muy bello.

PADRE UBíš: ?¡Oh, señores! Por muy bello que sea, no es como Polonia. Y es que, si no existiera Polonia, tampoco habrí­a polacos.

Ubú rey

Escena final