Informes oficiales que tienen como fuente al Ministerio de Gobernación, al Ministerio Público y a la Superintendencia de Administración Tributaria dan cuenta de un “desborde” del contrabando en el país que obliga a ser más efectivos en el control de los llamados puntos ciegos de las fronteras por donde está entrando mercadería que no paga impuestos. Como siempre, en Guatemala nos preocupamos por el negocio menudo, pero nunca lo hacemos por los grandes trinquetes, porque resulta que ese contrabando que ahora persiguen con ahínco y tesón, es de cigarrillos y otros productos de consumo, pero nadie dice nada del enorme y permanente negocio de contrabando para abastecer reconocidos establecimientos que hay en el país y que desde siempre han nutrido sus bodegas con producto de ese tipo.
Si unos cuantos pobladores de regiones fronterizas pasan al otro lado para comprar cigarrillos o gasolina y lo trasiegan a Guatemala, pegamos el grito en el cielo porque se está defraudando al fisco. Ahora ha sido el tema de los cigarrillos lo que provocó el alboroto porque la tabacalera que los producía en Guatemala dejó de hacerlo ante la competencia desleal que representa el ingreso de mucho producto de los países vecinos que se vende a precio menor del que ellos cobraban aquí por su producto. Hay que hacer notar que el tabaco que venía de contrabando sale más barato pese a que también pagó impuestos en el país de origen, lo que significa que en Guatemala por lo visto como que les salía demasiado alto el valor de producir los cigarrillos porque los vendían más caro que en los países vecinos.
El tema que queremos apuntar es que siempre la maquinaria legal se mueve cuando son los “no encopetados” los que se meten a hacer negocios turbios. Sea con el contrabando o con la construcción, la pita se rompe por lo más delgado y las autoridades hablan del tema y la Prensa lo reproduce, simplemente cuando se trata de “shumos” metiéndose a hacer el negocio que se han reservado desde siempre muchos “prestigiosos empresarios”. El contrabando no es nada nuevo en el país ni lo de los cigarrillos es lo más escandaloso. Pregúntenle al jefe de la red Moreno quiénes eran sus principales clientes y verán que muchos prestigiosos comercios que venden sus productos al valor de un ojo de la cara son los que ingresan su mercadería usando no los puntos ciegos de las fronteras, sino a los vistas ciegos que hay en las aduanas para dejar pasar furgones repletos o, los más cuelludos, usando los depósitos aduanales autorizados por la SAT por donde pasan como chucho por su casa con lo que se les ronque la gana.
Minutero
Poderoso caballero
es en todos lados don dinero;
si el pisto manda en EE.UU.
¿por qué no aquí, verdad tú?